La misteriosa muerte de Mateo Morral: el hombre que atentó contra Alfonso XIII y dio nombre a la Calle Mayor

El anarquista lanzó una bomba contra el abuelo del Rey emérito, y murió mientras era custodiado hasta el cuartel de Torrejón de Ardoz

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Mateo Morral tenía 26 años cuando el 31 de mayo de 1906 el bisiabuelo de Felipe VI, Alfonso XIII, contrajo matrimonio con Victoria Eugenia de Battenberg. Morral era original de Sabadell, hijo de un empresario textil catalán, y se acababa de mudar a la capital. A pesar de su juventud, su cara ya sonaba a muchos referentes anarquistas de Madrid por su presencia como oyente en charlas intelectuales. Algunos le habían visto por la conocida Horchatería de Candelas, donde se reunían personalidades como Azorín, Valle-Inclán o Pío Baroja, quien le recordaba como un tipo “oscuro y silencioso”.

Pero Morral estaba a punto de hacer ruido. Tras la celebración del enlace, rey y reina dieron un paseo en carruaje por el centro de la ciudad y, al llegar a la Calle Mayor, un ramo de flores cayó del cielo. Concretamente desde el número 88 de la calle. Previamente, Morral había pasado unos días en una habitación del Hotel Iberia, en el cuarto 27, un hombre “alto, muy moreno, bigote fino y muy delgado”, como lo describirían otros huéspedes.

En realidad el ramo no era tal, sino una bomba “orisini”, también llamada “corbeille” o de cesta. La explosión no alcanzó no a Alfonso XIII ni a Victoria Eugenia, pero hasta 24 personas murieron después de que el artefacto impactara el suelo, y otros tanto resultaron heridos. Los reyes salieron ilesos del incidente, pero el edificio quedó para la historia: en sus bajos se encuentra Casa Ciriaco, conocido por dos platos icónicos: la gallina en pepitoria y la perdiz con judiones.

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Una huida con ayuda

Cuando tuvo lugar la explosión Morral salió corriendo escaleras abajo pero, antes de desaparecer de Madrid, pasó por la oficina del diario 'El Motín', donde se reunió con el director y también anarquista José Nakens Pérez. De hecho, Nakens terminaría siendo también investigado por regicidio, así como Francisco Ferrer Guardia, de la escuela anarquista de Barcelona, o Pedro Mayoral. A los tres días Morral ya había llegado hasta Torrejón, donde paró en un ventorro.

El local lo regentaban Genaro Chamorro Méndez y Fermina Treissaz Gómez, que darían posteriormente testimonio durante la investigación. Alguien reconoció a Morral en la localidad madrileña y dio el aviso a la Guardia Civil. La benemérita llegó hasta el establecimiento y el sospechoso no opuso resistencia. Los agentes se lo llevaron esposado, pero nunca llegaría hasta el cuartel de Torrejón.

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La misteriosa muerte de Mateo Morral

La teoría oficial determinó que, de camino al cuartel, Morral se disparó a si mismo en el pecho después de hacerlo contra uno de los agentes. No obstante, las fotos forenses publicadas por ABC parecen indicar que la herida se produjo por un disparo a una distancia incompatible con un suicidio. El propio gobernador civil reconoce en el informe que les fue imposible determinar dónde había adquirido Morral la Browning.

“las gestiones producidas con ese objeto han sido infructuosas, habiéndose podido averiguar únicamente que la pistola de ese sistema procede de la fábrica Nacional Herstal establecida en Lieja, Bélgica”, especificaba. No obstante, el informe sí que recoge detalles tan minuciosos como el uso de peritos peluqueros para determinar si el bigote estaba cortado o no con tijera en lugar de una investigación más exhaustiva sobre la herida y el origen del arma.

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