Sentimiento patrio, educación y duros entrenamientos: así era la auténtica educación de los espartanos

La película '300' marcó, sin lugar a dudas, un antes y un después en la forma de concebir a los espartanos. Siempre se ha considerado a estos luchadores como guerreros formidables e imbatibles. Todo ello, eso sí, bajo una estricta educación y entrenamiento.

Tras la derrota histórica de Hisias, la capital griega decidió modificar y fortalecer su ejército, y para hacerlo se basó en tres pilares: la educación moral y la disciplina; el aprendizaje y la práctica de nuevas técnicas bélicas y el aumento considerable del número de ciudadanos preparados para servir en una batalla.

Ha sido este asunto precisamente, la preparación de los espartanos, lo que ha abordado recientemente el historiador y especialista en Cultura Antigua, @EAgesilao, un usuario de redes sociales que ha querido abordar este tema basándose en la obra 'Spartan Education in the Classical Period" del autor Nicolas Richer.

Para empezar, el joven historiador ha puesto en valor la educación de Grecia. Eso sí, ha querido separarla de la educación generalizada y se ha centrado en la espartana, que "era única". De hecho, tanto fue así que "fue objeto de fascinación por sus coetáneos".

¿Cómo era la educación de los soldados de Esparta?

Al parecer, tal y como recoge el usuario de la red social del pájaro azul, la educación espartana está considerada comúnmente como 'Agogé' y se comenzó a implantar sobre el siglo VII a.C "cuando se termina de moldear el sistema político de las polis". Una educación que estaba "totalmente dirigida por el Estado".

Los menores, cuando cumplían siete años, comenzaban con esta preparación y podía alargarse hasta los 20 o 30 años. "Se solían dividir por grupos de edad, ya que lo más seguro es que no supieran las edades exactas de los niños", ha explicado. Es por este motivo por el que "los agrupaban por su físico".

"Desde los siete hasta los 14 años, se dedicaban a realizar actividades livianas", entre las que se incluían la lectura, la escritura e incluso las reglas matemáticas básicas, como podría ser la aritmética. "Esta educación no buscaba únicamente que fueran los mejores soldados, sino también crear una cultura común y un sentimiento patrio", recoge. En este sentido, también se les incluía culto a los antepasados. No obstante, uno de los aspectos que más caracterizó a esta educación fue, precisamente "su dedicación al arte de la guerra".

"Se basaban en los cuatro principios que había dado Licurgo, el legislador espartano, para convertir en buenos guerreros a los ciudadanos: las comidas comunales, para hacer espíritu de equipo; el ejercicio físico, para estar en forma; la caza, como emulación de la guerra y a realización de ejercicios para fortalecerse frente al dolor", añade el joven historiador. Llegados a este punto, además, se centra en este último asunto, ya que el único objetivo era hacer fuertes a los futuros guerreros.

Por otro lado, y de cara a la recta final de la educación, se les hacía participar en diversas fiestas religiosas para, finalmente, convertirse en "ciudadanos en pleno derecho". Eso sí, tenían que cumplir con tres requisitos: ser hijo de un espartíata y de una espartana, superar la educación y tener dinero suficiente para poder ayudar a las comidas comunales.