10 años de transformación digital en los centros educativos en España: ¿en qué punto estamos?
El número de alumnos por ordenador en las aulas es de 2,2, apenas tres décimas menos con respecto al curso anterior
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El número de alumnos por ordenador en las aulas es de 2,2, apenas tres décimas menos con respecto al curso anterior, y 8 décimas menos que hace una década. Eso sí, por portátiles y las tablets han arrinconado a los ordenadores de mesa: son el 66% de los equipos disponibles en los centros educativos. El ordenador de sobremesa ha caído un 16%, aunque sigue siendo el 34% de los equipos disponibles.
Los datos del Ministerio de Educación señalan que el 63,5% de los centros públicos y el 67,4% de los privados tienen sistemas digitales interactivos como pizarras digitales interactivas, mesas multitáctiles, paneles y televisiones interactivas. El 81% de los centros disponen de entornos virtuales de aprendizaje, que permiten a los alumnos la realización de ejercicios, la interacción con el profesor o el trabajo en equipo. 4 de cada 10 centros dispone de equipo de robótica y 3 de cada 10 de impresora 3D. Hay talleres de diseño gráfico, radio y o vídeo digitales en 2 de cada 10 centros, y las aulas de informática suponen el 7,7% del total.
Distintas velocidades, mismo itinerario
La implantación de aparatos y sistemas en los centros educativos no está siendo especialmente rápida y el problema son las distintas velocidades entre comunidades autónomas e incluso entre los propios centros. Raquel tiene dos hijos y si experiencia no está siendo muy buena. “Todas las aulas cuentan con pizarra digital, pero solo se usaban para visionar los PowerPoint o algunos apuntes de los profesores. Solo uno la utilizaba para resolver ejercicios. Los equipos son de mesa y muy viejos. Tenían que compartirlo con un compañero, solo las utilizaban en el aula digital. Nunca han trabajado con tablet ni con licencias digitales de libros, solo usan el libro físico. Como plataforma digital, finalmente usaban solo la de la comunidad. Pero en el otro instituto sé que sí usaban mucho más la tecnología digital”.
Esa es la gran preocupación de los padres y madres de alumnos. Pedro Caballero, presidente de la Confederación Católica Nacional de Padres de Alumnos (CONCAPA), ha señalado que las comunidades autónomas van a distintas velocidades. “Estamos a dos ritmos ahora mismo-asegura Caballero- y hay mucha diferencia entre unas comunidades y otras. No tenemos preparadas las bases para hacer una implantación lógica y real, hay muchas carencias tecnológicas en muchos territorios, una norma que debería ser general, ya estos momentos, ni los centros, ni el profesorado, ni los alumnos, ni las familias estamos preparados para ello”.
Opinión similar tienen desde la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA). Su presidenta María Capellán nos cuenta que en muchos centros no llegaron ni siquiera a terminar la instalación. Sobre todo en aquellos centros públicos “donde el alumnado desfavorecido o con familias con restas bajas, la digitalización es nula, prácticamente”.
Ambas asociaciones de padres y madres de alumnos reclaman formación para toda la comunidad educativa para afrontar este nuevo trance con seguridad.
Apostar por lo digital con reservas
En las últimas semanas, han sonado voces discordantes con respecto a la digitalización total de la educación. Pares y madres temen que eso tenga influencia negativa sobre el proceso de aprendizaje de sus hijos. Sin embargo desde CEAPA nos aseguran que los padres y madres, más que preocupados por la digitalización de la enseñanza lo están “por el uso que los hijos hacen de las nuevas tecnologías, pero efectivamente no se pueden poner puertas al campo, estamos en el siglo 21 , hoy en día la mayoría de las cosas las hacemos a través de internet, el ordenador y las redes sociales. Es complicado y es contraproducente porque no podemos volver al tiempo de las cavernas. Hay que hacer un uso responsable, hay que educar a las familias, al profesorado y al alumnado en el uso de esas tecnologías, porque nuestros hijos son nativos digitales. No tiene mucho sentido prohibirles ahora el uso de esas tecnologías”.
Desde CONCAPA tienen una impresión similar. “Si no apostamos por lo digital que es la apuesta de todo el mundo, evidentemente tendremos un problema educativo-asegura Caballero- porque iremos a contracorriente del resto de los países de nuestro entorno, pero tendremos que ver cómo pueden convivir las dos maneras de poder educar, y tendremos que aprender familias y profesorado como pueden convivir esas dos herramientas sin tener que sustituir una de ellas”.
Que el libro de texto en papel siga jugando un papel importante en la educación. “Ni todo es bueno ni todo es malo-concluye María Capellán-ni hay que prescindir de ello del todo, ni hay que utilizarlo para todo, porque efectivamente, si utilizan el teléfono, las tablets y el ordenador para todo, se pueden olvidar de otras cosas. Hay que saber utilizarlo todo en la medida correcta pero para eso hay que educar, no prohibir, educar”.
Los datos de los libreros
Según los datos que maneja la Asociación de Editores de Libros y material de Enseñanza, las ventas de los libros de texto en papel alcanzaron los 757,54 millones de euros y las de los libros y materiales en formato digital se sitúan en los 28,2 millones de euros. Pero la nueva generación de libros de texto incluyen, en la práctica totalidad de los casos, acceso a contenidos digitales a través de las plataformas de las empresas. De esta manera, profesores y alumnos pueden disponer de unos contenidos híbridos con los que desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
El camino solo es uno
El anuncio de Suecia de hacer un apagón digital en sus colegios, ha puesto el foco sobre los perjuicios que educar solo con métodos digitales puede tener para los alumnos. Pero Enrique Castillejo, el presidente de la Asociación nacional de Pedagogos nos asegura que “no hay estudios serios que demuestren esos supuestos retrasos en la comprensión lectora, son más titulares que realidades técnicas. El apagón digital de Suecia es más que discutible y tampoco fue así. Este es un debate estéril que lo único que hace es dar bandazos que perjudican al alumno”.
El libro de texto en papel debe seguir formando parte de la educación en España, entiende el pedagogo, porque “digitalizar es darle al alumno la competencia necesaria para moverse y ese moverse significa comprender lo digital, las herramientas, como gestionar la información( qué importante es eso), el resumen de la información etc. Pero esto nada tiene que ver con anular el libro en papel, ese absurdo, se da en España porque somos dicotómicos, entonces decimos, ponemos ordenadores y nos cargamos los libros. Oiga, pues no. Hay que tomar decisiones técnicamente argumentadas, y como nunca nadie pregunta antes, que lo hacemos después, de ahí viene nuestro desastre educativo”.
Lo que sí tiene claro Castillejo es que la tendencia es “a una digitalización total, lo cual a mi me puede gustar o no personalmente, pero eso da lo mismo, es lo que va a suceder. Entonces lo que hay que conseguir son alumnos hipercompetenciados en todo el mundo digital, que aprendan a leer, escribir, a estudiar, a culturizarse y el gusto por el saber, en un mundo que ya es totalmente digital. Lo que no significa que el soporte tenga que ser digital per se, son dos conceptos distintos que se mezclan a veces intencionadamente y no es cierto. Pero la tendencia es que es todo digital, y sino comparemos nuestra vida de hace 30 años con la de ahora, y verá que se parecen bien poco”.