Chats de WhatsApp, mucho cuidado con críticas y fotos

Evitar las denuncias exige respetar la intimidad y la privacidad

Una persona escribe en su teléfono móvil
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Carmen Labayen

Carmen Labayen explica los problemas asociados a los usos de los grupos de WhatsApp de padres durante la época escolar

Carmen Labayen

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El inicio del curso escolar supone la reactivación de los grupos de WhatsApp tanto de los colegios como de las actividades extraescolares. Fuente útil de información en algunos casos, en otros se convierten en un dolor de cabeza para los padres y los alumnos que los manejan. Evitar los mensajes con críticas y divulgar fotos de menores sin autorización es importante tanto para sobrellevarlos como para evitar que nos denuncien.

Regalos, horarios, deberes, actuaciones, disfraces ó excursiones son algunos de los temas que hacen que los chats del entorno escolar echen humo casi a diario. Y, en ocasiones, algunas de estas conversaciones derivan hacia ámbitos que nada tienen que ver con el ámbito escolar. A veces los hilos se convierten en una especie de teléfono estropeado, en otras el tono sube y la discusión o la crítica están servidas.

Contar hasta 10 antes de escribir

“Debemos ser especialmente prudentes, contar hasta 10 o si hace falta hasta 20 antes de intervenir, y ser especialmente parcos, siempre pecar por escribir menos antes que por pasarte y arrepentirte después. Y todo porque lo que queda por escrito, queda por escrito. Por ello mismo no es recomendable entrar en discusiones porque entre lo que uno quiere decir, lo que dice y lo que la otra persona interpreta hay muchos escalones que pueden desembocar en una disputa que además es pública” explica a COPE el director de los grados de Educación de la Universidad CEU San Pablo.

Los grupos no deben utilizarse nunca como arma arrojadiza contra el centro, los profesores, otros padres o los hijos. Si lo hacemos nos arriesgamos a ser denunciados. De compartirse con los hijos, estas críticas pueden además desautorizar a la dirección del centro y al profesorado, algo dañino para los menores por ser contradictorio con su propia escolarización en ese colegio o instituto.

También pueden terminar en los juzgados: “vete tú a saber lo que puede ocurrir con ese mensaje que tu estás enviando que se puede hacer una captura y reenviar de forma muy sencilla”, recuerda Baura.

Evitar ruido innecesario: no saturar

Lo ideal es que los grupos de WhatsApp se usen con mesura, sin saturar con mensajes vacíos de contenido o con una sucesión infinita de emoticonos que no llevan a ningún lugar. Tampoco debemos enviar mensajes masivos, solo lo que pueda ser útil para los integrantes.

Y cuando los mensajes se lían y se suceden tampoco conviene pedir que te hagan un resumen. Aunque pueda ser comprensible a quienes llevan leídos más decenas de mensajes no les suele sentar muy bien.

A Leslie Gómez, de 30 años, de momento no le ha ocurrido “yo tengo un niño de 4 años y estoy en el grupo de WhatsApp del colegio. Creo que me ha tocado un grupo muy bueno, uno de esos en los que cuando uno dice hola no le siguen otros 25 holas”.

Y lo mismo le ocurre a José Córdoba, de 39 años, también que tiene a su hija en infantil: “lo que más hacemos es compartir fechas para grupos de cumpleaños y no suelen dar mucho más la lata”, Sin embargo en el de su compañera de trabajo, según nos cuenta, “las notificaciones son constantes”.

No te pueden incluir en un grupo sin tu permiso

Desde la Asociación Española de Consumidores (AEC) recuerdan que los grupos de WhatsApp creados por el colegio o por las asociaciones de padres y madres (AMPA) para comunicaciones escolares entre profesores, padres y alumnos requieren del consentimiento de los integrantes tal y como exige la normativa de protección de datos personales.

“Para evitar problemas, esa autorización debe pedirse por escrito. No ocurre lo mismo con los chats solo de padres en los que no salirse del grupo lleva implícito que queremos estar en ellos al entenderse que forman parte de nuestra esfera personal” señala el Miguel Angel Ruiz al frente de AEC.

Con menores, nada sin autorización

En el caso de que en estos chats participen los hijos, los padres o tutores son quienes deben autorizar cualquier recogida, tratamiento o difusión de sus datos por ser menores de edad. Y lo mismo ocurre recuerdan con cualquier fotografía. Es contenido audiovisual y hablamos también datos personales con una especial protección para los menores de edad.

“Somos muy ligeros a la hora de hacer fotos y de compartirlas. Y siempre que salga un menor en una foto debemos ser escrupulosamente cuidadosos. No debemos difundir nunca imágenes de otros niños ni tampoco de los tuyos porque no sabemos que uso se van a hacer de esas fotos”, subraya Baura.

¿Qué hacer si ves comprometida tu identidad o tu privacidad?

Si lo publicado en un grupo de WhatsApp afecta a tu intimidad o a tu privacidad o la de tus hijos lo primero es, según señalan desde la Asociación Española de Consumidores, asesorarte legalmente para ver si lo denuncias por la vía administrativa ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) o, en casos graves, ante los tribunales de justicia.

El grupo no debe sustituir la agenda escolar de tu hijo

Los padres no deben asumir cargas que le correspondan a los menores de edad intercambiándose a diario las tareas escolares que deben hacer sus hijos. Los grupos no deben sustituir la agenda del niño: “si eres tú quien le explica a tu hijo lo que tiene que hacer ó pides y le das la solución al problema 16 de matemáticas, lo que haces es contribuir a sobreprotegerlos y rompiendo cualquier posible autonomía y responsabilidad que puedan adquirir”, zanja Baura.

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