La ciencia consigue un hito histórico: implantar una oreja realizada con una impresora 3D

Este implante supone un avance más de cara a posibles problemas por deformidades en la extremidad

Nuevo uso sanitario de las impresoras 3D: se realiza por primera vez el implante de una oreja

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Mucho se ha hablado del debate sobre la fabricación de armas a través de las impresoras 3D, pero la realidad es que también han sido utilizadas para poder salvar vidas. En 2020, el hospital de Chiari, en Italia, salvó la vida de los pacientes más graves del coronavirus a través de la fabricación de válvulas para los respiradores en poco tiempo gracias a la impresión en 3D en un momento donde en Italia ya sumaba más de 1.800 muertos.

Este mes de junio ha dado un paso más en el campo sanitario con el implante de una oreja 3D. La cirugía fue practicada por el fundador y director del Instituto Microtia - Deformidad Congénita de la Oreja en San Antonio (Estados Unidos), Arturo Bonilla, y tuvo lugar en el marco de un ensayo clínico destinado a evaluar la seguridad y la eficacia de este tipo de implantes.

El experto realizó unas declaraciones en el medio especializado Science Alert, afirmando que, como un médico que ha llegado a tratar a cientos de niños con microtia (deformidad congénita del oído externo en la que no se desarrolla por completo durante el primer trimestre de embarazo), en todo el país y el mundo, se encontraba "inspirado por lo que la tecnología podría significar" para los pacientes con esa deformidad y sus familias.

Nuevo uso sanitario de las impresoras 3D: se realiza por primera vez el implante de una oreja

Se realiza el escáner de la oreja opuesta

El director del Instituto Microtia señaló que espera que este implante pueda suplantar el tratamiento que se ejecuta en estos momentos para la microtia, que consta de tomar cartílago de las costillas del paciente o un material sintético para reconstruir el pabellón auditivo de la oreja. Esta nueva forma se lleva a cabo a través de un escáner 3D de la oreja opuesta. Posteriormente, se recolecta una muestra de las células cartilaginosas de la oreja y se cultivan en una cantidad suficiente.

Estas células serán las que posteriormente se mezclan con una tinta con propiedades fibrosas que dará forma al pabellón auditivo externo. A su vez, el implante se rodeará de un armazón impreso y biodegradable que le proporcionará estabilidad y que será absorbido por el cuerpo del paciente con el paso del tiempo.

Este caso forma parte de un ensayo clínico del que se espera reclutar hasta once pacientes y se llevará a cabo entre los estados de Texas y California, en Estados Unidos. Tras la intervención, se realizará un seguimiento de la evolución del paciente y se esperará que el implante llegue a madurar de manera que llegue a tener tanto el tacto como la elasticidad que podría tener una oreja natural. En el caso de que el implante resulte exitoso, la tecnología podría introducirse en diferentes campos como el neurológico y de sistemas orgánicos.

Alrededor de 1.500 bebés sufren cada año de microtia en EEUU, según la empresa 3DBio. La diabetes en la madre y una alimentación materna pobre en glúcidos y ácido fólico pueden ser factores que aumenten los riesgos de microtia.

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