La desconocida historia sobre una concursante de OT en el atentado de Las Ramblas: “Fue un infierno”
Una entrevista en 2017 a una joven de 23 años tras el ataque se ha vuelto viral al descubrirse que se trataba de una de las cantantes del famoso reality
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Muchos son los testimonios y las historias que cuentan los testigos de los atentados de Las Ramblas, en el que murieron quince personas, pero pocos sabían que uno de los protagonistas de aquella tarde terrorífica es ahora una concursante de OT. Es otra de las historias que rodean a los supervivientes de una masacre que acabó con la vida de 15 personas en Barcelona y 1 en Cambrils después de que una furgoneta arremetiera contra los peatones en una de las calles más céntricas de la ciudad condal.
Una de esas personas era Ana Julieta, que por entonces tenía 23 años y estaba a punto de comenzar a estudiar el máster, mientras que su hermana Cristina, dos años mayor que ella, le visitaba para ayudarle a encontrar un piso. Como la propia Ana Julieta contaba en una entrevista a El Mundo poco después del ataque iba a enseñarle “dónde iba a estudiar, justo al salir de la parada de metro de Liceo, en la mitad de la Rambla, ocurrió todo. Nos pilló de lleno”.
“Estaba hasta arriba. Llenísima de gente. Como si fuera fin de semana. Entonces oímos a gente gritando detrás nuestro. Nos giramos. Y cuando nos quisimos dar cuenta, una furgoneta blanca estaba a escasos metros. Iba a toda pastilla”, confesaba Ana Julieta en aquella entrevista, publicada el 17 de agosto de 2017. “Se llevaba todo por delante. Gente. Tenderetes. Le daba igual. Me salvé al saltar a un lado. Lo mismo hizo mi hermana. Aunque a mí me pasó rozando. Tengo un par de heridas en el gemelo, aunque sólo fueron superficiales”, contaba, a la vez que compartía unas fotos de sus lesiones a El Periódico de Aragón.
“Salí corriendo. Me metí en el primer bar que vi. Cerraron la persiana y varias personas llegamos a la trastienda. Pero había perdido a mi hermana. No la veía por ningún lugar. Cuando salí a buscarla, me encontré con cuerpos tirados por la calle, sangre, policías, gente que no paraba de correr. Vi heridos. También muertos. Era un caos. Era un infierno. Me cayó la mano de Cristo y me dijo que hoy no me tocaba a mí”, confesaba sobre la suerte que tuvo de no ser una de las 16 víctimas del atentado
Una vez se calmaron las cosas, Anaju se marchó a otro bar: “Los dueños, unos señores indios, me ayudaron. Me dejaron cargar el móvil y llamar a mis padres. Estuve una hora hasta que la policía nos permitió salir de allí”.