Escapes de cloro en piscinas: ¿cómo pueden afectar a nuestra salud?
El cloro suele utilizarse para las piscinas como producto de desinfección e incluso como arma química en diversos conflictos armados
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Llega el verano y con él, las tardes y fines de semana al sol y en la piscina. Una manera saludable de pasar el tiempo libre que ayuda a pasar el calor veraniego, pero que no está libre de riesgos. Los casos de ahogamientos siempre están, desgraciadamente, a la orden del día en esta época del año. No obstante, no son la única clase de accidentes.
Este verano ya ha tenido lugar la primera una fuga de cloro. Ha sido en una piscina de Aragón. Hasta 15 menores, con edades comprendidas entre los 12 y los 14 años, ingresaron por intoxicación en el Hospital de San Jorge, de Huesca. Afortunadamente, han sido dados de alta. Según parece, la salida de este líquido tuvo lugar cuando se pusieron en marcha las bombas de la piscina. Un ejemplo que nos hace darnos cuenta de lo importante que es tener en cuenta estos sucesos, especialmente en esta época del año.
El cloro ha llegado usarse en conflictos armados
El cloro es un elemento químico que tiende a formar moléculas de dos átomos llamadas dicloro. Cuando se expone de esta forma, se crea un gas tóxico de color amarillo verdoso con olor desagradable. Aunque de forma habitual es empleado en las piscinas e incluso como medio de desinfección en varios tipos de industrias, ha llegado a ser utilizado como arma química en varios conflictos armados.
En caso de inhalación, puede provocar una serie de síntomas graves que afectan a varios sistemas del organismo. De igual manera, los síntomas son diversos, desde inflamación de garganta, dificultad para respirar o llegar a causar un edema pulmonar que es la acumulación anormal de líquido en los pulmones. También puede llevar consigo pérdida de visión, contracción de pupilas, taquicardia, hiperactividad, fuerte dolor de garganta, dolor o ardor de nariz, oídos, labios o lengua. En la piel pueden aparecer quemaduras o irritación, dolor abdominal fuerte, vómitos, etc.
Afortunadamente, las fugas de cloro se producen por fallos en el mantenimiento y son muy poco frecuentes. No obstante, siempre se ha de tener en cuenta que la exposición prolongada, a pesar de que pueda ser a niveles bajos, también puede terminar por causar problemas de salud. Algo que afecta relativamente a menudo a trabajadores de piscinas y polideportivos, e incluso a nadadores asiduos. Es por esto que se sabe que una exposición de forma continuada a niveles bajos de cloro ambiental también puede crear problemas como la irritación crónica de las vías respiratorias, a la vez que puede acabar en el riesgo de padecer asma, bronquitis crónica, sibilancias o rinitis alérgica.
Existen algunos consejos para realizar en caso de una fuga de cloro. En el caso de contacto con los ojos, se deben lavar con abundancia durante 15 minutos, y pasados unos minutos repetir la operación. A su vez, se debe llamar lo antes posible a la ambulancia o dirigirse al centro médico más cercano. En caso de contacto con la piel, se debe retirar la ropa y dirigirse a las duchas para lavarse con abundante agua y jabón.