España bate el récord de abandono voluntario del trabajo: el ambiente tóxico entre las principales causas

Los expertos consultados por COPE clasifican a los trabajadores que crean mal ambiente en dos grupos: tóxicos y acosadores

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Las empresas deben cuidar a sus trabajadores de los compañeros: tóxicos y acosadores

Sefi García

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

España batió el récord de abandono voluntario del trabajo en el año 2022. El 38,5 % de las empresas han sufrido incrementos en su rotación de personal. La falta de motivación, los salarios, la necesidad de reconocimiento y que menos del 10 % de los empleados se sienten comprometidos con su empresa -además del agotamiento laboral que confiesa sentir la mitad de la población activa-, están detrás de estas decisiones. Pero, también, el ambiente tóxico que generan algunos compañeros de trabajo. ¿Cómo son y cómo influyen estos trabajadores en el ambiente laboral? ¿Qué podemos hacer para defendernos de su negatividad? Te damos algunas claves.

Raquel nos cuenta que en su empleo anterior, un compañero “consiguió con malas artes hacerse con el puesto de una de mis compañeras, cobrando más que ella, y después el puesto de jefe de tráfico, hablando mal del quehacer de esta persona, diciendo que había quejas de los clientes entre otras cosas”. También nos habló del abuso de alguna compañera durante su embarazo, “cada dos por tres faltaba al trabajo, porque se le hinchaban las piernas, o con cualquier otra excusa. Así estuvo casi un año de baja y nos lo puso muy difícil después a las demás”. La empresa acabó echando el cierre.

Tóxicos y acosadores

Son comportamientos que enrarecen el ambiente laboral o en su departamento o en toda la empresa. El primer tipo que nos describe Raquel corresponde al “trabajador estrella”: todos los demás, lo hacen peor que él. Otros perfiles son el quejica, el enchufado, el acaparador, el que lo deja todo para después, el que todo lo critica, el que todo lo debate...

El profesor del Máster de Prevención en Riesgos Laborales de la UNIR, Iván Fernández Suárez, divide este tipo de compañeros en dos subgrupos. “El tóxico puro, que hace comentarios hirientes, no tener un rendimiento adecuado y perjudicar a los demás, miradas, incluso insultos, o comentarios que generan esa negatividad en el entorno en el que se está trabajando”. Su objetivo no es hacer daño a nadie, pero para el profesor Fernández Suárez, los más peligrosos son los acosadores, que sí quieren hacerle daño a algún compañero, “tiene un objetivo, bien sea por envidia, porque tiene una desigualdad con él (desde la raza a diferencias ideológicas), puede ser que odie a una persona y lo que quiere es eliminar a esa persona de la empresa. Puede tratar fenomenal a una persona y muy mal a otra”.

El año pasado, casi 4 de cada 10 empresas vieron incrementada la rotación de personal. Solo el 6 % la redujo, según un informe publicado por Ranstand.

El abandono voluntario de los trabajos, una encuesta de Galup desveló que la mayoría de los empleados echan de menos un buen ambiente laboral, que se les reconozca el trabajo. Un informe de 2023 del Achievers Workforce Institute reveló que un asombroso 79 % de los empleados preferiría permanecer en un puesto de trabajo en el que se sintiera valorado, aunque ello supusiera ganar menos dinero.

¿Cómo podemos defendernos de estos “compañeros”?

Los departamentos de recursos humanos de las compañías son los últimos responsables para mejorar estas actitudes laborales. Pero nosotros también tenemos en nuestras manos acotar esas actitudes. Debemos “marcar límites claros -nos aconseja el experto-, en ocasiones vale más ponerse una vez colorado que ciento amarillo. Cuando vemos que sobrepasa el límite, hay que dejarle las cosas claras, porque un trabajador tóxico, un trabajador negativo, si ve que no tiene ningún tipo de reacción, pues no modifica el comportamiento, no debemos consentir determinados comportamientos. Debemos marcar distancia y buscar el apoyo de los compañeros, y enfocarse en el trabajo. A veces, igual estamos rodeados de 20 personas maravillosas y tenemos una tóxica, debemos enfocarnos en lo positivo”.

En lo que respecta a la actuación de la empresa, el director del Máster de la UNIR recomienda que las compañías “tengan un estudio o al menos un conocimiento de las relaciones psicosociales que tenemos en la empresas y algo muy importante: definir claramente funciones y responsabilidades. En esas zonas grises en las que uno no sabe si este trabajo es mío o del compañero es donde aparece el conflicto. Si todos tenemos claro lo que hay que hacer, es mucho más difícil que haya esa negatividad, esa crítica o esas discusiones que es donde aparece el conflicto”.

“Uno cuando busca un trabajo al final quiere buscar salario y quizás horario. Esas son los principales ganchos- reflexiona el investigador-. Pero cuando ya está trabajando, si se encuentra cómodo, si está en un ambiente correcto, si hay comunicación adecuada, si me echan una mano si tengo un problema personal, incluso, si es personal, no va a haber rotación. Nadie va a cambiar de trabajo por un poco más de dinero si estás cómodo en un lugar. El ambiente de trabajo es algo crítico: cuando uno está cómodo con el ambiente de trabajo, si viene una oferta, a no ser que sea algo muy espectacular, al final es complicado mover a un trabajador que está a gusto con el ambiente de trabajo”.

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