Un experto en lenguaje no verbal destaca el gesto de la jefa de protocolo de Ayuso ante Bolaños
José Luis Martín Ovejero analiza el rifirrafe de claro perfil electoralista que ha emborronado la festividad madrileña del Dos de mayo
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El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, y el Ejecutivo central vívían un nuevo choque a cuenta de la presencia del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños y su intento de subir a la tribuna de autoridades en la Real Casa de Correos con motivo de la festividad del Dos de mayo.
Un rifirrafe de claro perfil electoralista que ha emborronado la festividad madrileña y del que hoy han dado buena cuenta los editoriales y columnas de la prensa nacional.
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En este sentido, Paco Núñez, candidato del PP en Castilla–La Mancha reconocía este miércoles a Carlos Herrera que "lo que hace Sánchez o su enviado en actos institucionales deja muy mal a un PSOE que no merece estar dirigido por Sánchez".
LO QUE DICEN LOS GESTOS
El mediático desencuentro no ha pasado desapercibido para los expertos en comunicación no verbal. Es el caso de José Luis Martín Ovejero quien ha destacado "el estrés constante" del ministro Félix Bolaños. "Advertimos la cantidad de veces que se ha frotado las manos, es un gesto apaciguador propio de un cerebro que trata de calmarse".
Una sensación, que se ve en dos momentos como "cuando ha llegado al acto y charlando con el asesor principal de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez o cuando se ha recolocado los puños de la camisa".
Sobre el momento más esperado, el saludo Ayuso-Bolaños, destaca Martín Ovejero, "la diferencia de actitud entre ambos".
Ayuso ha ido saludando, a su llegada al patio de la Real Casa de Correos, a todos los presentes en la primera fila. En el turno del ministro, este se ha acercado para que la presidenta se detuviese pero ella ha continuado dando la bienvenida al resto de asistentes. Esto ha provocado un murmullo y risa generalizada entre los asistentes, lo que ha desembocado en algunos tímidos aplausos.
El saludo de Ayuso, advierte "ha sido puramente formal y sin dirigir su cuerpo hacia él, lo que no transmite ningún interés, sobre todo si lo comparamos con su cercanía con la mayoría de personas que precedían a Bolaños".
En cuanto a Bolaños, -que llega a coger a Ayuso por el antebrazo en un acto que "parece querer sujetarla para que no le ignore"-, su rostro es muy serio, por lo que descarta "que deseara agradarla con ese mayor contacto físico, ya que a veces se hace, pero se acompaña de una sonrisa".
LA 'FIRMEZA' RESPONSABLE DE PROTOCOLO
Destaca José Luis Martín Ovejero, la "firmeza absoluta" de la jefa de protocolo de la Comunidad, Alejandra Blázquez quien ha cortado el paso con su brazo y con su cuerpo a Bolaños para que no pueda acceder a la tribuna "Parece que estuviera pensando… "Si Bolaños sube… yo caigo".
La activación muscular de su entrecejo en diversas ocasiones, puede denotar, según explica el experto, que estuviera "bastante molesto con todo lo sucedido".
LAS PALMADITAS EN LA ESPALDA DE AYUSO A FEIJÓO
Unas palmadas de este tipo, señala "que incluso se llegan a escuchar, no se suelen dar jamás de alguien que se considera inferior a quien las recibe. En consecuencia, o Ayuso se considera superior a Feijóo o, al menos, del mismo nivel".
EL RIFIRRAFE EN LOS MEDIOS
Del desencuentro han dado buena cuenta los editoriales y columnas de la prensa nacional. El Mundo, según recoge la tertulia de Herrera en COPE señala que "cierto es que la Comunidad podía haber cedido para evitar una confrontación bochornosa, pero el Gobierno no tiene derecho a protestar, porque obtuvo exactamente lo que había ido a buscar. No tiene otra cultura política que la del conflicto”. El País por su parte tacha de "artificial crisis de protocolo que traduce la intención de Ayuso de confrontar contra Sánchez como ya hizo en las autonómicas adelantadas hace dos años”. ABC habla de "bochorno y deterioro público, un sainete con un gobierno abonado a la confrontación, aunque hubiera sido deseable que se hubiese permitido a Bolaños acceder a la tribuna presidencial para evitar el esperpento. Por contraste, recuerda este diario, el pasado 23 de Abril, Moncloa no envió a ningún ministro a la fiesta regional de Castilla y León, a la que ni siquiera acudió el delegado del Gobierno. Para la Vanguardia Ayuso opta por la incorrección política para combatir a Sánchez.
Para muestrario de columnas, Lucía Méndez recuerda que las guerras de protocolo en Madrid nuevas no son y rememora episodios de Esperanza Aguirre y Ruiz Gallardón. Comidilla para incondicionales de ambos bandos escribe Ignacio Camacho. Leon Gross dice que con lo de ayer, Ayuso puntúa en Madrid, que es plaza que el sanchismo da por perdida aunque el PSOE cree que el episodio le renta en el resto de España donde la fascinación ayusística está lejos de los esquemas capitalinos.
LAS REACCIONES AL CHOQUE
Fuentes del Gobierno regional explicaron que este año se había decidido no invitar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al no haber asistido a la última cita.
Únicamente se cursó invitación para la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, quien tiene "las competencias en relación a las comunidades autónomas", que declinó participar. Por su parte, desde el Ejecutivo central confirmaron que acudirían Bolaños y la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Fuentes regionales aseguraron que la "representación del Gobierno", a nivel de protocolo, recaería en Robles, una ministra que siempre "ha respondido" cuando se le ha pedido algo desde Madrid. En todo caso, el Gobierno de la Comunidad sí reservó a primera hora de la mañana una silla para Bolaños en la primera fila del acto.
A su llegada, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, censuró que Bolaños quisiera acudir a Sol "de okupa" mientras el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, señaló que le parecía bien que ambos ministros tuviese espacio en la fiesta pero hizo hincapié en que "el Gobierno de España lleva mucho tiempo faltando a la institucionalidad del país".
EL INCIDENTE
Al finalizar el acto previsto en el interior, las autoridades se han desplazado a las puertas del edificio donde, como cada año, ha tenido lugar el evento cívico-militar. Ha sido en este momento donde se ha producido un encontronazo entre el ministro y la jefa de protocolo de la Comunidad, Alejandra Blázquez. Bolaños ha intentado subir y esta le ha cortado el paso.
Arriba, acompañando a la presidenta estaban, a su derecha, el jefe del Estado Mayor de la Defensa,; la presidenta de la Asamblea, Eugenia Carballedo, y la ministra de Defensa; y, a su izquierda, el líder del PP; el alcalde de Madrid; y el vicepresidente de la Comunidad, Enrique Ossorio.
"Tenemos una organización perfectamente establecida", le ha trasladado a Bolaños Blázquez, quien ha defendido que ya había "una ministra" y que estaban "cumpliendo toda la normativa con respecto a la representación institucional". El ministro ha tenido que quedarse detrás a un lado de la tribuna mientras se celebraba el acto.
Tras lo sucedido, fuentes del Ejecutivo central han criticado que el Gobierno del PP crea que la Comunidad de Madrid es su "cortijo" y han denunciado que parezca que el orden protocolario que rige en España no es el que rige en la capital.
Según estas mismas fuentes se ha incumplido el Real Decreto 2099/83 sobre ordenación general de precedencias en España, que establece que, antes del alcalde y del jefe de la oposición, estarán representados los ministros del Gobierno, según su orden. En este sentido, han mostrado su sorpresa por que sí estuviese en la tribuna el líder del PP, "sin ser autoridad".