Imagina 2020
Julián Fernández crea un minisatélite con 17 años: "He sido autodidacta, todo mediante Internet"
A pesar de que acaba de empezar Bachillerato, ya tiene su propia compañía dedicada al desarrollo de picosatélites
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La historia que te contamos ahora está completamente fuera de lo habitual. Sorprende sobre todo por un dato, por una edad: 17 años. ¿Qué hacías tú con 17 años? Con 17 años eres joven, estás acabando la ESO y en el caso del protagonista de esta historia, además de ir a clase, dedicas cerca de nueve horas a un proyecto que consiste en fabricar un minisatélite. Su nombre es Julián Fernández, tiene 17 años, y su obra ya ha llegado hasta el espacio y te lo contamos en 'Imagina 2020' de COPE con Enrique Campo. Casi nada.
“En este proyecto, he sido autodidacta: todo mediante Internet. A base de leer tesis en los dos últimos años, he aprendido todas las pequeñas partes de lanzar un satélite: el tema burocrático (regulaciones, licencias), soldar resistencias en mi propia habitación…”, nos cuenta.
Un orgullo para un científico. Bueno, en su caso para un futuro científico. Este curso ha empezado Bachillerato y ya cuenta con su propia compañía, Fossa Systems. De ahí surge el nombre del minisatélite, FossaSat1. En el proyecto participan jóvenes de varios puntos del planeta.
“Era el típico niño con un destornillador que desmontaba todo lo que encontraba. Hace un rato que estoy desarrollando hardware o electrónica para distintas aplicaciones. Yo siempre he querido ser astronauta, y hace dos años me dio por hacer algo productivo y diferente”, confiesa también Fernández.
Él y sus compañeros consiguieron financiación a través de donaciones de forma desinteresada, de un crowdfunding. Todo esto suena caro, pero en total estiman unos gastos de 5.000 euros. Lógicamente influye el hecho de que sea un minisatélite (por las dimensiones, es muy pequeñito): unos 5cm / 250 gramos. “Es algo que nunca se ha hecho: es el primer picosatélite español. A nivel mundial, existen muy pocos”, revela su inventor.
Este cubito de Rubik pretende permitir la conexión a Internet en todo el mundo, pero con matices. No te creas que gracias a este chico de 17 años vas a poder conectarte a una red wifi en cualquier lugar y gratis. Sus funciones son otras. La clave está en la velocidad: la conexión en lugares donde es muy complicado hacerlo.
Ejemplo: en la agricultura, un sensor de temperatura en el que al pasar el satélite cada día puedes subir la temperatura de tus plantaciones.
Desde Groenlandia o la Antártida ya han recibido las primeras señales del minisatélite. Julián siguió el lanzamiento desde el centro de astronomía de la agencia espacial europea en Madrid.
Para nada parece que tenga 17 años oyendo sus reflexiones. Más allá del enriquecimiento personal y profesional, también persigue otro objetivo: servir de inspiración para futuras generaciones.
“Tengo intención de seguir estudiando y sacarme algo en relación con las telecomunicaciones o la ingeniería espacial”, expone Julián sobre los planes de un futuro que se presenta, desde luego, apasionante.