¿Qué diferencias tengo que tener en cuenta entre los distintos tipos de mascarillas?

Las mascarillas se multiplican estos días, sobre todo en los negocios que van abriendo y también en los en muchos medios de transporte, donde son obligatorias. Las usamos, pero todavía quedan dudas por resolver. Seguro que te has planteado si hay unas más recomendables que otras en función del usuario. La respuesta es sí.

Podemos simplificar las posibilidades que ofrece el mercado en tres tipos. Las más sofisticadas son las famosas ‘FFP2’: “Son para un uso específico para un personal especializado. No es una mascarilla que deban utilizar todas las personas”. Es lo que nos explica el Doctor Jorge Luis Cuevas, que atiende en urgencias de varios hospitales madrileños. Para personal sanitario o gente contagiada de coronavirus. Para el resto, quizás sea desproporcionado.

La más aconsejada es la quirúrgica. Es la mascarilla que, como mucho, te tiene que costar 0,96 euros después de que el Gobierno decidiera limitar su precio de venta final: “Básicamente la finalidad que tiene es evitar contagiar a otra personas”, explica Cuevas. Son clave por su eficacia a la hora de evitar que el virus se propague: “Si una persona, estando contagiada, lleva una mascarilla quirúrgica, la posibilidad de que se contagie a alguien es de un 5%”. Es algo fundamental más si cabe sabiendo que el virus, sobre todo en sus primeros días, puede llegar a no presentar síntomas: “Hay una parte de solidaridad en todo esto. Protegiendo a los demás, nos protegemos a nosotros mismos. Así de sencillo”, comenta el doctor Jorge Luis Cuevas. La única pega es que tienen una vida útil de “entre cuatro y seis horas”.

En otro escalón, el más bajo en cuanto a seguridad, se encuentran las higiénicas. Son las que están hechas de tela. Protegen menos, pero mejor que no llevar nada. Muchas son reutilizables, se pueden lavar. La clave, fijarse en la etiqueta, que es donde, por norma, lo tienen que especificar.

¿Mascarilla para hacer deporte?

No se aconseja. No debería de ser fundamental ni para dar un paseo ni para salir a correr u otra actividad. Lo que cobra importancia es la distancia de seguridad: “Incluso tenemos que aumentarla”, explica Cuevas. “Limitaría la necesidad de aire, por lo tanto podrías incluso poner en peligro la salud”, detalla.