¿Qué podemos aprender de lo que le pasó a Carolina Marín en los Juegos Olímpicos de París?

Un par de psicólogas explican en COPE cómo debemos afrontar la frustración

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¿Qué podemos aprender de lo que le pasó a Carolina Marín en los Juegos Olímpicos de París?

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Cruel, trágico, dramático, hay una ristra interminable de adjetivos que se han utilizado para hablar de lo que le pasó a Carolina Marín el pasado domingo y todos van en la misma dirección. La onubense disputaba la semifinal olímpica e iba camino de la final y, por tanto, de la medalla, cuando se rompió la rodilla por tercera vez en cuatro años. “Estoy destrozada” aseguraba justo después de aterrizar en España. Todos podemos entender esa frustración, la que llega después de estar tan cerca de un objetivo y no lograrlo.

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A pesar de no pelear por la gloria olímpica, la mayoría de nosotros nos enfrentamos a momentos cruciales en nuestra vida en los que nos jugamos todo. Un ejemplo muy claro y que se puede asemejar a lo que ocurre en unos Juegos Olímpicos es una oposición. Una preparación que dura meses, para un momento muy corto y decisivo en el que demostrar lo trabajado.

Las expectativas son claras, aprobar y sacar la plaza que sea, expectativas que, en muchos casos, no se alcanzan. La frustración puede ser muy grande, por ello los opositores se preparan, también, psicológicamente para ello. Cristina López es una opositora a profesora de primaria y dice que no se agobia por el tiempo que tarde en sacar la plaza porque “eso no es algo que me defina como profesional”. Fernando Pamos, por su parte, oposita a Policía Nacional y dice que “luego vas a trabajar más de 30 años de Policía, así que merece la pena”.

Cuando eres joven es más viable ver las cosas de este modo, pero cuando hay más urgencia, lidiar con la frustración no es tan sencillo. La psicóloga, Ana Egido, cuenta que es un proceso inevitable que debemos afrontar de cara, como si fuera un tiempo de duelo, siendo conscientes de lo que nos ocurre y por qué nos ocurre. Sabiendo también, como dice la psicóloga Ana de la Calle, que “es una experiencia que nos puede servir en el futuro”.

Tenemos que ser muy conscientes de que hay cosas que no podemos controlar, por eso es importante centrarse en el esfuerzo y la implicación que ponemos nosotros y no en un resultado que puede depender de muchos factores externos como una enfermedad, una mala noche o incluso la propia subjetividad de los correctores. Con base en eso debemos crear nuestras propias expectativas realistas que nos ayudarán a relativizarlo todo más.

No hay que jugárselo todo a una misma carta, no solo con el ámbito laboral en el que se puede entender que se está ante un trabajo soñado, pero no hay que olvidar alimentar otros pilares de nuestra vida, amigos, familia, pareja... De tal forma que, si se derrumba el pilar del trabajo, nos podrán sostener los demás.

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