La seria amenaza de Enrique Ponce al ex novio de Ana Soria: "No me pueden prohibir que vaya a algún sitio"
Joaquín Giménez, antigua pareja de Ana Soria, se rebela ante un burofax que ha recibido de parte del torero
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Enrique Ponce y Ana Soria, la pareja del verano, siguen disfrutando de unos días de verano inolvidables junto al mar. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce en lo que concierne al noviazgo entre el torero valenciano y la joven estudiante de Derecho. Como en toda relación, hay sombras. Como la discusión que ambos tuvieron a grito pelado en la playa o la amenaza del diestro, más que seria, al ex novio de Soria: Joaquín Giménez.
La seria amenaza de Enrique Ponce al ex novio de Ana Soria
Giménez debutó en un plató televisivo este sábado en ‘Viva la vida’. Fue en Telecinco donde reveló que el entorno de Ponce le ha hecho llegar una advertencia de todo menos amistosa por empezar a hacer declaraciones. “Los abogados de Enrique me enviaron un burofax por correo y WhatsApp para que no hable de su vida privada. Me sorprende por parte de él. Ellos no me pueden prohibir que vaya a algún sitio porque yo haya sido novio de su actual novia”, clamó el joven, que mantuvo una relación con Ana Soria mientras ambos estudiaban en Granada.
También aprovechó su entrevista con Toñi Moreno para dar su visión sobre el romance entre su ex y uno de los toreros más famosos de España. “Los veo bastante emocionados a los dos. A él lo veo más encariñado y a ella más impactada”, opinó. Eso sí, después se mostró tan crítico como lo han sido otros (Carmen Lomana, por ejemplo) con el futuro del vínculo entre Ponce y Soria.
“La veo ilusionada (a Soria), pero por la diferencia de edad no sé si esto tiene futuro. Personalmente, creo que no”, se sinceró Joaquín Giménez. No le extrañó que su ex novia acabase con un torero. Y menos con Ponce, que posiblemente sea su matador favorito. De hecho, el anterior novio de Ana Soria reveló que ella estaba muy pendiente de un torero en redes sociales (sin conocer su entonces novio la identidad de este) cuando salían juntos.
“Los amigos (de Soria) serán los que más lo están disfrutando, porque estarán flipando”, aseguró jocoso, además, Giménez. Quien, a pesar del encontronazo con los asesores legales de Enrique Ponce, desea lo mejor a su antigua pareja. “Es una niña estupenda, me cae genial. Nunca voy a decir nada malo de ella”, sentenció.
Enrique Ponce y Ana Soria discuten a gritos en la playa
Ha sido el periódico La Razón el encargado de revelar un encontronazo muy conflictivo entre Enrique Ponce y Ana Soria. Este habría tenido lugar el pasado 18 de agosto por la mañana, en una de los lugares estivales más icónicos del país: el Cabo de Gata, en Almería. La fuente del diario es un testigo directo de lo ocurrido: Juan José Sánchez, vigilante de la playa en la que se vivió todo un momento de tensión entre el diestro y su pareja.
Sánchez pudo tener constancia de la pelea debido al gran revuelo que la misma generó entre el resto de bañistas. “Los gritos fueron subiendo de tono y se oían a distancia. No me quedó más remedio que acercarme para ver qué ocurría, y al ver al torero y a su novia discutir acaloradamente me quedé de piedra. Menudo espectáculo…”, reconoció el encargado de velar por la seguridad de los presentes en la playa.
Lo que le contaron al vigilante otros testigos de la escena reforzó aún más su visión de los hechos: “Esa pareja tuvo una discusión muy fuerte. La cuestión es que fue un episodio muy desagradable y a la vista de todo el mundo. Los motivos del altercado debieron ser muy fuertes para que Ponce se alterara tanto. Yo les vi a los dos muy nerviosos, no supieron controlarse… y saltaron los insultos y los reproches”.
Durante ese momento tan controvertido protagonizado por Ponce y Soria, apareció en escena un nombre que a buen seguro avivó la pelea: Paloma Cuevas, la todavía mujer del torero. “Algo relacionado con la ex mujer de este señor podría haber sido la principal causa de su enfrentamiento. El rostro de esa chica (Soria) era todo un poema, parecía haber llorado, se la veía muy afectada”, confesó también el vigilante de la playa contactado por La Razón.