¿Te sientes con baja autoestima e inseguridad personal? Por qué tu teléfono móvil puede ser el responsable

Una incesante adicción a los dispositivos y la necesidad de estar en constante contacto derivan en la nomofobia, un problema que cada día sufren más personas

Una persona maneja su teléfono móvil

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El 45% de los universitarios españoles se pone nervioso si no puede recibir llamadas o mensajes. Un 55% reconoce que le inquieta no poder comunicarse. El 33% siente miedo si el dispositivo se apaga. Un 27% lo pasa mal por no estar al día en las redes sociales. Todo esto resume la nomofobia: el temor irracional a quedarse sin móvil o sin conexión a internet. Viene del anglicismo nomophobia (no-mobile-phone-phobia) y está más que arraigado en la sociedad española.

En la última década, el uso del teléfono móvil ha crecido de manera exponencial, especialmente, desde la llegada de los smartphones. Consultar el teléfono en cualquier situación es muy común. Este dispositivo electrónico se ha convertido en un compañero de vida y en un complemento que no suele faltar al salir de casa. Sin embargo, pasarse muchas horas al día delante de esta pequeña pantalla o hacer un uso excesivo puede crear dependencia, que puede llegar hasta este trastorno.

No solo afecta a jóvenes, ya que hace poco la periodista Sonia Ferrer reconocía que era adicta al móvil. En ocasiones, se convierte en un compañero que evita que nos sintamos solos en una situación en la que lo estamos. Como cuando vamos en el autobús o paseando. La persona encuentra placer en un comportamiento repetitivo, ya sea revisando constantemente las redes sociales, enviando mensajes, realizando llamadas o jugando. Así es como va surgiendo esa nomofobia.

Detección y tratamiento

Esta necesidad imperiosa de usar el móvil deriva en problemas de diferente índole. Las consecuencias psicológicas de la nomofobia son la ansiedad, la depresión o el aislamiento. También existen otras físicas como dolores de cabeza o molestias en la vista. Entre las causas más reconocidas de la adicción al móvil, se encuentran la baja autoestima y los problemas a la hora de mantener relaciones sociales. De hecho, la inseguridad personal es el factor más común que provoca.

Es normal que incluso te sientas identificado con todo lo que has leído hasta ahora. El problema es que la nomofobia está mucho más extendida de lo que nosotros pensamos. Patrones como mirar constantemente el móvil para ver si tenemos notificaciones, perder horas de sueño por navegar en redes sociales, no ir a sitios donde no hay cobertura o siempre estar buscando un enchufe para no quedarse sin batería, son algunas de las señales de las que se padece este trastorno.

El rol de la dopamina es diferencial. Es una sustancia química que segrega el cerebro cuando se encuentra ante situaciones que le resultan gratificantes. Y uno de los problemas de una adicción radica en este proceso: en la costumbre a recibir esa dosis cada vez que revisa el teléfono. Es más común entre adolescentes de entre 14 y 16 años, pero un estudio realizado por OnePlus amplia el ratio hasta los 35 años, donde un 81% de los jóvenes reconocen esa nomofobia.

Ya hay centros de tratamiento que ofertan programas de desintoxicación digital, así como tipos de terapia para erradicar este tipo de adicciones. Uno de los inventos más sonados en este campo es el Light Phone. Se trata de dispositivo diseñado como un smartphone, pero que únicamente permite realizar llamadas e indicar la hora.

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