Así es el truco de ilusionismo más mortal de Houdin: Se llevó a otros 16 magos por delante
Este mago, conocido como el padre de la magia moderna, realizó el truco más peligroso y que más muertes ha provocado en el mundo de la magia
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La fascinación y admiración por la magia reside en que este arte parece romper con las leyes de la naturaleza. Aunque la realidad es que los magos (o ilusionistas) se valen de la ciencia y la técnica para hacernos creer que es capaz de hacerlo. Sin embargo, hace falta ser muy habilidoso para realizar ciertos trucos, pues si el mago no es capaz de llevarlos a cabo como es debido, pueden terminar en tragedia.
Robert Houdin y la historia de su truco más mortal
En 1856 una serie de revueltas en Argelia estaban poniendo en jaque al gobierno francés. Pues los morabitos habían sublevado al pueblo musulmán en el norte gracias a que los convencieron de que tenían poderes sobrenaturales. Los franceses, para contrarrestar estas 'fake news', tuvieron la idea de mandar a Robert Houdin (el mago más famoso de su nación) como último recurso.
Uno de los trucos que tenía que desacreditar era el clásico truco de la bala atrapada. Los morabitos usaban este truco para probar que las armas de fuego no les hacían daño. Un morabito retó a Robert Houdin a probar su invulnerabilidad. Houdin le dijo esta se debía a un talismán que se había dejado en Argel, pero que si le dejaba rezar por 6 horas lo haría sin este, por lo que quedaron a la mañana siguiente. El morabito sacó dos pistolas, las cargó de pólvora, cogió un puñado de balas y le dijo a Houdin que eligiera dos. Una vez hecho esto, el morabito apuntó y disparó a Houdin. Sin embargo, Robert, en lugar de caer al suelo, sonrió y le mostró que había atrapado la bala con sus dientes. Houdin tomó su pistola y dijo: "Tú no puedes hacerme daño, pero mi habilidad es más peligrosa que la tuya ¡Mira!". Disparó contra una pared y la cal de esta saltó y, en el lugar del impacto, una gota de sangre resbaló de la pared hasta el suelo.
¿Cómo lo hizo?
Esto es algo que el propio mago contó en sus memorias. Mediante un pase cambió las balas de verdad por otras que él mismo fabricó con cera y frotadas en grafito (para hacer eso invirtió las 6 horas que pidió). En su interior, que estaba hueco, había introducido una gota de sangre que había sacado de su pulgar. Cuando introdujo con la baqueta la bala que era dirigida a él, esta se rompió, y en el disparo solo se escuchó el estallido de la pólvora. La otra bala (la que tenía la gota de sangre) la introdujo con cuidado, para no romperla, para que en el momento en que impactase liberara la sangre que tenía dentro.
Sin embargo, el riesgo que corrió Houdin fue enorme. De hecho, este truco de atrapar una bala con la boca ha llevado a 16 magos a la tumba (el último fue Fernando Tejada en 1988, en Columbia, Estados Unidos). Y, es que a la hora de hacer este truco, muchas cosas pueden ir mal. Como le pasó al mago David Blaine, que por un simple fallo que hubo durante la realización de este truco casi pierde la vida.
Este mago había realizado el truco de atrapar una bala con la boca desde 2010 en tan solo 3 ocasiones. A pesar de esto, decidió hacerlo por una cuarta vez. La realización del truco era algo relativamente sencillo: el mismo Blaine disparaba el rifle de caza con una cuerda que estaba atada al gatillo de esta. Para mayor precaución, el mago usaba en este truco un protector bucal metálico con un pequeño escudo antibalas que debía para el impacto.
El problema, en este caso, fue que el escudo se rompió por el impacto y la bala terminó impactando en la garganta de Blaine. Sin embargo, el ilusionista sobrevivió de milagro. "Pensé que estaba muerto. Pero, repentinamente, me di cuenta de que estaba vivo porque el dolor me trajo de vuelta. El protector se había roto, pero yo estaba vivo", explicó el propio Blaine posteriormente. Todo esto ocurrió en el MGM Gran Garden Arena en las Vegas, frente a 20 mil personas.
Otros magos no corrieron con la misma suerte
Por desgracia, otros magos que intentaron llevar a cabo este truco no corrieron con la misma suerte que tuvo David Blaine. Uno de estos desafortunados ilusionistas fue Madame DeLinsky (fallecida en 1820), la esposa y asistente de un mago polaco. Tenía una rutina en sus espectáculos que consistía en ser disparada por un pelotón de fusilamiento de 6 soldados.
Al comienzo del siglo XIX, los rifles se cargaban abriendo un cartucho de un mordisco, vertiendo la pólvora en el cañón y atascando el resto del cartucho en el cartón con una baqueta. En la versión del truco de DeLinsky, los soldados eran cómplices, es decir, se les pagaban y ordenaba en secreto que cortaran toda la bala y cargaran en blanco. Pero, en una actuación en Alemania, ante una corte real, parece ser que uno de los fusileros se puso nervioso en el escenario y cargó su arma de la forma en que lo hacía habitualmente. Cuando la bala alcanzó a Madame DeLinsky en el abdomen, varios miembros de la audiencia se desmayaron. La mujer murió dos días después. Además, resulta que estaba embarazada y, por esta tragedia, perdió a su hijo por nacer. Su esposo terminó volviéndose loco por la conmoción de este trágico suceso.