El truco para diferenciar un Ribera de un Rioja a simple vista

Ambas clases de vinos cuentan con un gran respeto y reputación en el mundo vinícola fuera de nuestro país

El truco para diferenciar un Ribera de un Rioja a simple vista

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

En muchos momentos, surge la duda de qué vino elegir para una comida o una cena. Son innumerables las familias de vinos que, afortunadamente, existen en nuestro país y muy especialmente con la etiqueta de “Denominación de Origen”. Este añadido es uno de los conceptos más importantes que le describen con una “calidad o característica” atribuible a una zona geográfica determinada.

Entre las más importantes se encuentran la Denominación de Origen (D.O.) Ribera de Duero y Rioja. Dos familias distintas de vino que para aquel que no sea un entendido es bastante difícil de diferenciar. Sin embargo, ambos productos tienen una serie de características diferenciales que podrían ayudar a saber cuál es uno y cuál es otro. Pero antes de comenzar las diferencias cabe resaltar su zona geográfica que, aunque parezca no tener importancia, es una de las características que diferencian la una de la otra.

Denominación de Origen Ribera y Denominación de Origen Rioja: ¿en qué se diferencian?

La geografía, nota diferencial

La ribeña, geográficamente se compone de cuatro provincias integradas en Castilla y León: Burgos, Segovia, Soria y Valladolid. Obtuvo su D.O. en 1982 por parte del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y a pesar de su juventud, siendo creada en la década de los 70, tiene una gran calidad en sus vinos

En lo que respecta la riojana abarca municipios de La Rioja, Álava y Navarra bañados por el Ebro. Tiene una creación todavía mayor en el tiempo. Como explica la propia Denominación de Origen de Rioja, fue la primera en obtener tanto la Denominación de Origen en España (6 de junio de 1925) como la de Calificada (1991) que da todavía más valor a sus productos. Pero su nacimiento tiene lugar a finales del XIX “dotando de identidad propia al vino riojano

Tras clarificar su zona de expansión, se puede comenzar con las diferencias entre amboas. Entre esas características diferenciales se encuentra el hecho de que en el D.O. Rioja solo puede elaborarse a partir de monovarietales de las uvas permitidas (Tempranillo, Garnacha Tinta, Graciano, Mazuelo,…), mientras que el de Ribera de Duero solo es posible con la variedad de Tempranillo, sin olvidar que este tipo de uva es la segunda variedad con mayor presencia en nuestro país.

Otra de las características que también pueden ayudar a distinguir un tipo de otro es la clase de roble utilizado. Mientras que el ribeño usa uno francés nuevo, el riojano emplea tradicionalmente uno americano. Haciendo que el primero ofrece recuerdos de vainilla y otras especias mientras que los de La Rioja tiene esencias de coco, cueros o caza.

La zona geográfica, que se ha comentado previamente, es importante ya que configura el clima en el que crece la viña que dará la uva de cada una de las Denominaciones de Origen, configurando así un aroma distinto. Por ello, el tinto de la Rioja suele ser más fresco, recordando frutos rojos, en contra del Ribera que lo hace en fruta negra.

Además en el caso del ribeño, el hecho de ser bañado por el Ebro le permite tener tres influencias climáticas distintas: la continental, la atlántica y la mediterránea, obteniendo de esta ultima, especialmente una suavidad que se traduce en “elegancia y finura”. El caso ribeño es distinto por contar con mayor brusquedad de clima, dando vinos potentes, aromáticos, estructurados. El lugar donde nace además modifica el grado de ambos vinos siendo en el caso de Rioja de una graduación menor al del Ribera, que al tener pocas precipitaciones en menos ocasiones, tiene una insolación mayor.

Una serie de características que, unidas a otras configura dos de las Denominaciones de Origen más importantes no solo en España sino más allá de nuestras fronteras.

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