Una de cada tres personas de entre 50 y 90 años sufrirá herpes zóster, ¿cómo identificarlo?

Entre un 5% y un 30% de los pacientes con herpes zóster continúan sufriendo un dolor, y puede llegar a durar incluso años

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El herpes zóster, también conocido como la culebrilla, es una enfermedad caracterizada por presentar síntomas como el dolor, ardor u hormigueo, además de la aparición, a los pocos días, de un sarpullido con forma de pequeñas ampollas en la piel. Está causado por el virus de la varicela zóster, causante de la varicela cuando nos infecta por primera vez.

Tras pasar la varicela, normalmente en la infancia, el virus permanece latente durante años dentro de nuestro organismo, en los nervios sensoriales. Puede reactivarse cuando hay una bajada de defensas dando lugar al herpes zóster, un sarpullido, normalmente restringido a una zona del cuerpo, que puede llegar a causar un dolor intenso. Las zonas más frecuentes en las que puede aparecer son la cintura y la espalda, pero también puede brotar en la zona de la cara, en concreto en los ojos, oídos o en la boca.

¿Por qué aparece el herpes zóster?

El herpes zóster o reactivación del virus varicela zóster puede aparecer ante una situación de bajada de defensas, por estrés, por algún fármaco o por la edad, el virus se reactiva.

En general, el sarpullido y el dolor desaparecen tras 2 semanas y hasta un mes. Las ampollas se acaban secando y se convierten en costras.

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Complicaciones del herpes zóster

Entre un 5% y un 30% de los pacientes con herpes zóster continúan sufriendo un dolor, constante o intermitente, que persiste tras la desaparición de la erupción o ampollas. Este dolor tras la desaparición de las ampollas se denomina neuralgia postherpética y puede llegar a durar incluso años.

Los pacientes que han sufrido una neuralgia postherpética lo describen como una “sensación eléctrica, ardiente o punzante en la zona afectada”. En ocasiones, el dolor es tan intenso que puede llegar a ser incapacitante y afectar a la calidad de vida de quienes lo padecen.

En algunos casos en los que el herpes zóster afecta a la cara, la evolución puede asociarse a complicaciones graves. Si se da en la zona del ojo o alrededor de él, puede producirse la pérdida de la visión, por eso es importante que los enfermos sean seguidos por el oftalmólogo. Otras veces afecta al oído o puede provocar la parálisis temporal o permanente de los músculos de una mitad de la cara.

Para más información, consulta con tu médico y visita la web www.virusherpeszoster.es

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