¿Por qué te mareas si lees en el coche?
Leer en el coche y no marearse en el intento es prácticamente misión imposible: el movimiento y las páginas de tu novela favorita no se llevan bien
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Cuando uno tiene por delante un viaje largo en coche y no es quien conduce, las horas pueden hacerse interminables. De ahí que algunos se vean tentados a intentar matar el rato con un libro. Sin embargo, un pasatiempo magnífico como el de la lectura puede convertirse en un verdadero incordio si lo desarrollamos en nuestro vehículo, porque lo más seguro y normal es que terminemos mareándonos. Lo cual genera una pregunta que es posible que a todos se nos haya pasado por la cabeza alguna que otra vez: ¿a qué se debe que lleguemos a ser incapaces de leer sin marearnos en el coche?
La verdad es que tiene más que ver con el hecho de marearse al viajar (algo muy común) que con los libros. Este fenómeno es conocido como el mareo cinético o cinetosis. La clave está en la forma en la que nuestro cerebro procesa la información, porque en este caso se podría decir que hay distintos pareceres entre la vista, el oído y el sistema osteomuscular.
¿Por qué nos mareamos al viajar?
Lo que ocurre es que nuestros músculos perciben que no nos movemos, pero no así el oído. Son los paisajes que vemos los que hacen que el cuerpo caiga en la cuenta de que hay movimiento de por medio. Para equilibrar, por así decirlo, el balance de sensaciones.
En el caso de que no se consiga ese equilibrio y gane la sensación de aceleración frente a la de estar inmóvil, se genera el mareo cinético. Que, si causa estragos a gran escala, genera pérdida de equilibrio y orientación, palidez, salivación, sudores fríos, náuseas y vómitos. Las personas de edades comprendidas entre los 2 y los 12 años son más propensas a este tipo de mareo. Aunque eso no quita para seguir sufriéndolo desde los 12 años en adelante. Además, las embarazadas también suelen padecerlo.
¿Por qué nos mareamos al leer en el coche?
Si no miramos las vistas en movimiento y nos centramos en una hoja fija de papel, que no se mueve, despistamos a nuestro cerebro. Por un lado, estamos quietos en el sitio. Por otro, percibimos el movimiento. Y, como miramos al libro en lugar de a otro punto, no hay confirmación visual de que nos movemos. De ahí que se pueda generar el mareo.
Existe la posibilidad de que nos acostumbremos a leer en movimiento en el coche. Puede que en el tren, el autobús o el avión lo logremos, así que todo puede suceder si entrenamos a nuestro cerebro para conseguirlo. No obstante, lo más seguro es que en este medio de transporte se nos resista ser capaces de leer sin marearnos.
¿Cómo podemos prevenir el mareo?
Ya que se trata de algo muy incómodo, hay varias formas de evitarlo. Si ocupamos alguno de los asientos delanteros del vehículo e intentamos mirar hacia el horizonte, siempre de frente, podemos conseguirlo.
Si no mantenemos la vista en objetos como teléfonos, tablets o libros, también evitaremos el mareo. Podemos hacer uso de medicación si nos mareamos con frecuencia al viajar. Además, la conducción influye a la hora de no marearse: si es suave y no se acelera o frena con brusquedad, prevenimos el mareo.
Las paradas periódicas para airearse y estirar las piernas también ayudan. ¿Conclusión? Los libros no ayudan precisamente a la hora de no marearse en el coche. Es posible que podamos disfrutar de ellos sin el mareo como consecuencia, pero lo más normal es que la lectura pueda amargarnos el viaje en automóvil. Salvo que nos hayamos acostumbrado a leer así, resulta bastante complicado no marearse al intentar sumergirse en las páginas (del tipo que sean) en movimiento.