¿Por qué hay olores que te trasladan a tu niñez?

Los bebés ya son receptivos al olor antes del nacimiento 

¿Por qué hay olores que te trasladan a tu niñez?

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Cuantas veces hemos olido los lápices de colores, una goma de borrar, la plastilina, las pistolas de mixtos, las bolas de anís, el alcanfor o el polvo de talco y nos hemos sentido niños de nuevo. Otras veces hemos olido una comida que nos ha recordado a nuestra abuela o un perfume nos ha traído a nuestro padre a la mente. Seguro que esto te ha ocurrido en multitud de ocasiones y es que el olfato es uno de los sentidos más potentes en cuanto a memoria se refiere, algo que no sucede, por ejemplo, con el gusto. Además a diferencia de los otros sentidos, llega directamente a la corteza olfativa, cercana a la parte relacionada con las emociones.

¿Por qué hay olores que nos trasladan a nuestra infancia?

La memoria, el olfato y nuestra infancia están intimamente relacionados. Hasta los 5 años, el modo en que un niño integra su recuerdo está muy ligado al olor, pero a medida que crecemos, empiezan a tener más peso el sentido de la vista y el oído. Al cumplir esa edad dejamos de tener la necesidad de llevarnos las cosas a la boca, y nuestra nariz deja de ser también tan receptiva.

¿Por qué un olor activa una emoción?

Cuando un olor llega a nuestra nariz, se envía una señal al bulbo olfatorio, una estructura situada un poco más arriba de nuestros ojos. A partir de aquí, se inicia un viaje que va a llevar la señal a dos canales muy concretosPrimero hasta la corteza olfativa primaria para que pueda identificar y clasificar ese olor. Más tarde, esa señal olfativa irá hacia la amígdala, un área relacionada las emociones, llegando a continuación al hipocampo, responsable también de nuestra memoria.

¿Por qué hay olores que nos trasladan a nuestra infancia?

Según un estudio llevado a cabo en los años 90 en el «Monell Chemical Sciences Center» de Philadelphia, los bebés ya son receptivos al olor antes del nacimiento. La dieta de la madre se percibe también «en olores» a través del líquido amnitíotico, por lo tanto, el feto inicia su aprendizaje de forma muy temprana. Un síntoma temprano del Alzheimer o del Parkinson es precisamente la pérdida gradual del olfato.

“Hasta hace poco se decía que los humanos éramos capaces de detectar más de diez mil olores distintos, pero los últimos estudios publicados aseguran que el olfato humano distingue un billón de olores”. Los olores no siempre provocan reacciones positivas, también adversas.

¿Por qué hay olores que nos trasladan a nuestra infancia?

Según los expertos, los primeros años de nuestra vida vivimos todo de un modo mucho más emocional y eso contribuye a grabar con más fuerza los recuerdos, las sensaciones, los olores o los sabores. A medida que crecemos el nivel de emocionalidad va decayendo y, por tanto, también decae nuestra capacidad para grabar situaciones en nuestra memoria.

Basta un olor para que recuperemos de golpe cualquier situación o se nos venga a la mente una persona, y es que está claro; los recuerdos huelen.

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