Aprende a sacar el máximo partido a las baterías de iones de litio

Estas son algunas cosas que debes saber sobre los dispositivos merecedores (por los científicos que lo idearon) del Premio Nobel de Química 2019

Aprende a sacar el máximo partido a las baterías de iones de litio

Millán Cámara

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Están más que presentes en nuestra vida cotidiana: los teléfonos móviles, los coches y patinetes eléctricos, los ordenadores portátiles... Sin embargo, no solemos pasar del continente al contenido con las baterías de iones de litio, ya que apenas nos damos cuenta de que están ahí. Pero sí, estos dispositivos merecedores del Premio Nobel de Química 2019 nos han cambiado la existencia. De ahí que resolvamos algunas cuestiones que puedes hacerte como usuario sobre el invento creado por el alemán John B. Goodenough, el británico Stanley Whittingham y el japonés Akira Yoshino.

Ventajas

Estas baterías pueden almacenar hasta tres veces más energía para un mismo tamaño que las baterías de plomo. También tienen más voltaje, pesan menos, cuentan con menor espesor y se cargan en un máximo de cuatro horas. Admitir la carga rápida (también se descargan con velocidad) es quizá el mayor de sus puntos fuertes.

Otro aspecto a resaltar es que el efecto memoria de estas baterías (ponerlas a cargar sin haberlas descargado del todo) es mínimo. Sin olvidar que su vida útil es más larga (unos 4.000 ciclos) y que no tienen carga óptima. Esto último quiere decir que apenas se autodescargan cuando no las usamos: hay baterías de iones de litio que pueden retener hasta un 80% de su carga tras seis meses en desuso.

Por último, pueden seguir conectadas al cargador aunque ya estén cargadas del todo sin ningún tipo de riesgo y son más respetuosas con el medio ambiente, al no contener metales muy contaminantes.

Inconvenientes

No todo son buenas noticias en cuanto a las baterías de iones de litio. La principal desventaja de estas es su duración media: unos tres años como máximo. Tampoco hay que pasar por alto que el número de cargas que soportan es limitado, moviéndose en una cifra entre las 500 y las 1.000. Además, son caras, pueden llegar a explotar si se sobrecalientan y tienen un peor rendimiento a bajas temperaturas.

Cómo cuidarlas

No es aconsejable que este tipo de baterías se descarguen por completo (de ahí que puedan cargarse antes de que eso ocurra). Tampoco hay que exponerlas a un calor insoportable: lo mejor es que estén en lugares frescos, a unos 15 grados. Otro consejo a tener en cuenta es dejarlas con una carga intermedia (50-60%) si no vamos a usarlas durante un largo período de tiempo. Y, fundamental, emplear un cargador adaptado a esta tecnología, no el primero que se tenga a mano.

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