Blas Cantó fía toda su suerte en Eurovisión a su voz y una sobria puesta en escena
La delegación española apenas presenta cambios con respecto al primer ensayo, salvo más primeros planos del intérprete al principio del tema y nuevos enfoques para la enorme luna
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A capela al principio y con una luna de siete metros de diámetro sobre el escenario. Blas Cantó ha ensayado este domingo por segunda vez su actuación en la gran final de Eurovisión 2021, que se celebrará este próximo sábado 22 de mayo en Róterdam (Países Bajos). La delegación española apenas ha presentado modificaciones tanto en la puesta en escena como en la iluminación, aunque sí algún cambio de plano en la realización para reforzar el sentimiento de Blas cantando a capella el inicio de la canción y para resaltar que la luna de siete metros de diámetro que predomina en el escenario es real y no forma parte del fondo visual de la apuesta.
Al igual que en el primer ensayo, Blas Cantó ha vestido de riguroso negro con camisa y pantalón de este color. Es probable, por tanto, que este sea el vestuario definitivo que el murciano ha elegido para la final. Además, luce un pendiente en su oreja izquierda en forma de "J", un homenaje a su abuela fallecido por coronavirus el pasado mes de diciembre, cuyo nombre era Joaquina.
El intérprete arranca a capella el tema sumergido en la oscuridad, con apenas una luz blanca cenital iluminándolo y humo blanco en el suelo. Con el inicio de la música, el escenario cobra más luz y Blas parece bailar entre estrellas mientras en el fondo se aprecia una especie de eclipse solar y todo el escenario cobra un tono azulado.
A la conclusión de la segunda estrofa, una luna de importantes dimensiones se ilumina de repente y acapara gran parte de la atención en la puesta en escena. En el final de la canción, el fondo se torna anaranjado como una ventana a una galaxia expansiva y la luna 'real' se vuelve rojiza. Según su director de escenografía, los colores cálidos que se proyectan en las pantallas en la explosión final simbolizan la luz en medio de la oscuridad y ayudan a transmitir el mensaje de esperanza de la canción.
Algunos planos de la puesta en escena se han modificado con más primeros planos de Blas en la primera parte de la canción y tomas para encajar mejor la presencia de la luna en la actuación, que en este segundo ensayo se ilumina de repente y no desciende lentamente como sí hacía el pasado jueves.
A nivel vocal, Blas Cantó ha mostrado dificultades en la primera toma de este segundo ensayo, especialmente en los agudos finales de la canción. Sin embargo, los dos siguientes pases han sido mejor y el intérprete ha estado muy correcto vocalmente, aunque el artista parece haber decidido suprimir alguna parte de la letra para asegurarse la brillantez en esos agudos.
Esta canción no es fácil de cantar. A veces me siento como una máquina porque si pensara en el mensaje de la canción lloraría siempre. Esta canción habla de mi vida y a veces es difícil controlar mi voz cuando la canto porque me emociona. La música es sobre emociones, más que sobre ser perfecto.
Tras esta última toma de contacto, Blas Cantó volverá a pisar el escenario de Eurovisión el miércoles durante la gala de jurado de la segunda semifinal. Una parte de esa actuación, la primera con público, se podrá ver en la retransmisión de la eliminatoria del jueves. El siguiente ensayo ya será el viernes para la gran final, a la que España accede directamente por ser miembro del "Big 5" junto a Francia, Italia, Reino Unido y Alemania. Países Bajos, como país anfitrión, también está ya clasificado.
En la gran cita, Blas Cantó actuará en el primer bloque de la final - entre el 1 y el 13 - según el sorteo celebrado este domingo. Doce de los dieciséis últimos ganadores de Eurovisión han actuado en la segunda parte del show, por lo que la suerte no parece haber acompañado al español. Sin embargo, el neerlandés Duncan Laurence, último ganador del festival, sí actuó en el primer bloque de la final.