Eurovisión 2019 se celebrará en Israel: el gobierno salva 'in extremis' el festival

La televisión pública abonará el depósito que exige la UER con el aval del Ejecutivo

Eurovisión 2019 se celebrará en Israel: el gobierno salva 'in extremis' el festival

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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 Las autoridades israelíes y la corporación de radiodifusión pública Kan llegaron este martes a un acuerdo para que esta aporte los 12 millones de euros de garantía que la Unión Europea de Radiodifusión (UER) exige para celebrar en Israel la próxima edición de Eurovisión, horas antes de expirar el plazo. Kan (Corporación de Radiodifusión Pública, IPBC en sus siglas en inglés) finalmente pedirá un préstamo bancario para hacer frente a la suma, que será garantizado por el Tesoro y que el Gobierno podría devolver a la corporación en caso de que se cancele el evento y se pierda el importe, informó el digital Ynet. "La IPBC da gran importancia a ser anfitriona de Eurovisión en Israel, tanto por la exposición que daría al Estado como porque la competición serviría como un impulso económico" para el país, señaló la radiodifusora en un comunicado. Añadió que confía en que los ministros que "hablaron en los medios sobre la financiación del concurso" cumplan su palabra.

Se calcula que el coste de organizar este festival de la canción es de unos 35 millones de euros, aunque por el momento no se ha determinado de qué presupuesto saldrán.  Sin embargo, Kan no quería aportar el importe de depósito, argumentando que, de no celebrarse finalmente el evento y perderse esa cantidad, tendría que despedir a unos 200 empleados o cancelar la producción propia para hacer frente a la deuda.

Israel se hizo con el derecho a ser sede de la próxima edición de Eurovisión tras triunfar este año en la celebrada en Lisboa Neta Barzilai, con su tema feminista "Toy".  El ministro de Finanzas de Israel, Moshe Kahlon, advirtió ayer de que la celebración de Eurovisión podría suspenderse si no se solucionaban las desavenencias e instó a Kan a no cometer lo que consideró que sería "un grave error".

 Esta última disputa se suma a una serie de obstáculos sobre el evento, el primero de ellos la insistencia de miembros del Gobierno de celebrarlo en Jerusalén, una ciudad que Israel considera su capital, pero que no es reconocida como tal por la comunidad internacional y cuya parte oriental está ocupada a los palestinos desde 1967. Acechó también el probable rechazo de los ultrarreligiosos judíos, contrarios a la realización de trabajos en Shabat (día de la semana sagrado para esta religión).

A ello se sumó la complicación de la situación jurídica de Kan, tras la aprobación de la ley que la divide en dos canales, uno dedicado solo a noticias y otro a entretenimiento, que de ser ratificada por el Supremo obligaría a su salida de la UER y a tramitar su readmisión. 

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