Blas Cantó, antes de su actuación en Eurovisión: "Voy a desnudarme de una manera muy honesta ante Europa"

En una entrevista a COPE, el representante español reconoce que tiene miedo a sentir "demasiadas cosas" en los momentos previos a cantar este sábado en la gran final

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Jorge MirallesJavier Escartín

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Blas Cantó llega a la sala de entrevistas tranquilo y con paso firme, como si le fuera ajeno que en apenas 48 horas tendrá que cantar ante doscientos millones de espectadores en la final de Eurovisión. El representante español, que luce una bonita camisa celeste y un pantalón oscuro, se sienta en la silla y se pone él mismo el micrófono. Todo ha sido previamente preparado para garantizar las máximas medidas sanitarias. El entrevistado se sitúa a más de dos metros de él, al igual que el cámara y el equipo de TVE que lo acompaña. "Es que tal como están las cosas uno no puedo estar tranquilo", dice tras los positivos confirmados en el festival de Duncan Laurence y un miembro de la banda islandesa.

Mientras se pone el micrófono, Blas aprovecha para desabotonarse la camisa y sentirse más cómodo. Mira a la cámara. Está contento. Al niño que lleva dentro sólo le separan dos días para cumplir su sueño de ir a Eurovisión. Blas lo ha imaginado muchas veces a lo largo de su carrera musical, pero el camino ha sido más duro de lo que nunca podría haber llegado a pensar: una edición cancelada, dos dolorosas muertes en su familia... y la incomprensión de algunas personas a la hora de contar su historia. Blas se desabotona la camisa para estar más relajado, pero también para mostrarse de una manera muy natural. El mismo sentimiento que pretende transmitir cuando este sábado desnude su alma para hacer algo más que cantar ante una audiencia millonaria.

- Podemos decir que eres el primer eurofan que ha conseguido representar a España en Eurovisión porque ha sido tu sueño desde que eras niño. ¿Te ha compensando lograrlo después de todo lo que has vivido en este año y medio de camino hasta el festival?

- Bueno, tener el título de eurofán son palabras mayores porque yo no sé tantas cosas sobre el festival... (ríe) Pero estoy muy contento porque han sido muchos años pensando en esto, soñándolo, imaginándote cómo sería, qué canción llevarías... Y honestamente, siempre me vi con una balada. Siempre. En Eurojunior, de hecho, ya llevaba una. La que era más rápida también se descartó (ríe).

- ¿Qué le diría ahora Blas Cantó a ese niño que se llamaba artísticamente Chiqui Cantó y que quería ir a Eurovisión? ¿Qué consejo le darías?

- A él y a todos los niños que están soñando con este momento les diría que fueran pacientes, que estudiaran muchos y que fueran buenos con todo el mundo

- ¿Pero le animarías a ir a Eurovisión?

- Sí, claro

- ¿Crees que el representante español está siempre expuesto a muchas críticas y que eso, a veces perjudica incluso al resultado obtenido?

- A veces somos muy críticos y muy duros con nosotros mismos. Y creo que es necesario contagiar al resto de Europa ese entusiasmo, esa alegría, esa esperanza de que algún año nos podemos llevar ese premio. Yo creo que también está en nosotros y en todo lo que rodea al representante español.

- ¿Sale Blas Cantó más fuerte de esta experiencia?

- Sí, claro. Salgo más fuerte y he aprendido mucho. Esto son las olimpiadas de la música. Llegas aquí y está todo supermilimetrado. La primera prueba de sonido que hice ya me escuchaba perfecto. Y eso es algo que en veinte años de carrera nunca me había pasado. Siempre había que retocar muchas cosas. Aquí es como que están en otro nivel. Y eso bonito que lo experimenten todos los artistas del mundo. Ojalá pudieran.

- En un año tan interesante en cuanto a nivel musical, ¿qué fortalezas tiene 'Voy a quedarme' para lograr un buen resultado?

- Yo creo que estamos contando una historia importante, que todo el mundo o alguien cercano a ti lo ha vivido. Nuestro inicio a capella es algo muy bonito, algo que hace tiempo que no veíamos, y que me da la oportunidad de desnudarme de una manera muy honesta ante Europa. No pienso mucho en las fortalezas de mi candidatura. Pienso en que la gente se emocione y que cuando vean nuestra puesta en escena sientan un hilo de esperanza.

- ¿Y cuál es tu mayor miedo a pocas horas de cantar en la gran final?

- Lo que más miedo me da, no en el festival en sí sino en la vida en general, es... (pausa larga) No sé, en otro momento te diría miedo a no sentir nada. Aquí es imposible porque sientes demasiadas cosas, es todo lo contrario. Tengo miedo a sentir demasiadas cosas dentro de mí. Pero sé que voy a controlar esa emoción porque lo estoy haciendo todos los días.

- ¿En quién o en qué vas a pensar en esos segundos previos a subir al escenario?

- En mi madre, en mi abuela, en mi gente, en mi pueblo... Sobre todo en mi pueblo.

- ¿Qué mensaje le lanzarías a tu sucesor en 2022 si lo tuvieras delante aquí y ahora?

- Le daría muchos consejos.Que esté preparado psicológicamente para cualquier cosa, para cualquier opinión, para cualquier crítica que te hagan la compartas o no... Pero que esté preparado psicológicamente, porque es una aventura muy intensa.

- ¿Y que apage Twitter?

- No (ríe). Le pediría que se lo pasara bien, que relativizara como me decía hace unos minutos Miki Núñez (2019). Que pusiera encima de la mesa todo lo que ha pasado y viera lo positivo de la experiencia. Porque es verdad que para la gente sufridora como yo, Eurovisión es algo muy grande.

- Si estuviera en tu mano, ¿quién debería ser tu sucesor?

- No lo sé. Hay muchos cantantes en nuestro país que podrían hacer este papel, pero yo creo que Eurovisión es para quien lo sueña, para quien alguna vez lo ha tenido en la cabeza desde pequeños. A lo mejor es el momento de que Mirela pudiera ir a Eurovisión.

- Si tú no vences este sábado, ¿qué candidatura de todas las que compiten este año en Eurovisión te gustaría ver ganando?

- Yo creo que este año hay mucho debate en quién puede ser el ganador. Pero yo aposté desde el primer día por la francesa Barbara Pravi y me quedo con ella.