Chipre e Israel confirman su estatus de favoritas y acceden a la final de Eurovisión

Bulgaria, República Checa y Estonia también cumplen con los pronósticos y estarán en la gala del sábado. Lituania e Irlanda se clasifican con potentes baladas que podrían eclipsar a la española 

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Javier Escartín

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Eurovisión 2018 arde. La primera semifinal del festival, celebrada este martes en el Altice Arena de Lisboa, escenificó la dura pugna que se libra este año por el micrófono de cristal. En la semifinal más competitiva de la historia del concurso, hasta cuatro candidaturas emergieron tras la gala como serias aspirantes al triunfo mientras las casas de apuestas se agitan en busca del sucesor de Salvador Sobral. 

Y todo porque Israel, la favorita desde hace más de dos meses para la victoria, ha comenzado a desinflarse justo en la última curva de la carrera. La joven artista Netta ofreció en la semifinal una discreta actuación en la que no faltó de nada: fuegos artificiales, bailarines con mallas de colores, un fondo dorado, decorado con gatos chinos de la suerte y un vestuario con inspiración manga. Su canción tampoco deja indiferente a nadie, tanto por su mensaje feminista como por los cloqueos de gallina que suenan a lo largo del tema. Una apuesta irreverente, algo freak, pero que ha contado desde un primer momento con un amplio apoyo para conquistar el concurso. Israel fue uno de los países más aplaudidos de la noche y, como se esperaba, accedió sin problema a la gran final del concurso. Pero su supremacía ha sido derribada por la candidatura chipriota, que cada vez suma más apoyos. 

Eleni Foureira, que llegó a Lisboa hundida en las casas de apuestas, se ha convertido en la nueva favorita con su "Fuego", un tema dance con reminiscencias étnicas. Su actuación, diseñada al milímetro, ofrece una coreografía sensual, derroche de pirotecnia y efectos digitales que simbolizan el fuego que da título a su canción. La diva helénica, que sin embargo representa a Chipre, pisó con aplomo el escenario, conquistó a la cámara y transmitió una fuerza arrolladora a un público que explotó tras la actuación. Como si Eurovisión buscara reconciliarse con su historia, el certamen parece estar destinado a premiar al país que más veces ha participado sin ganar después de hacer exactamente lo mismo el año pasado con Portugal. Aunque, por el momento, Eleni Foureira solo ha conseguido clasificar a Chipre para la gran final del sábado.

En esa gran cita también estarán otras tres apuestas destinadas a ocupar la zona alta de la tabla. La estonia Elina Nechayeva sorprendió a todos con su imponente voz lírica al servicio de "La forza" en una actuación muy vista en el festival (artista subida en un elevador luciendo un enorme vestido en el que se ven diferentes proyecciones) pero que, en su caso, ayudar a acentuar la majestuosidad de su propuesta. Tampoco se quedaron muy lejos el grupo búlgaro Equinox gracias al impresionante empaste de las voces de sus cinco representantes y el checo Mikolas Josef, que recibió un caluroso aplauso después de haber tenido que pasar por tres hospitales tras lesionarse en las cervicales durante su primer ensayo en la capital portuguesa. 

En la denominada 'semifinal de la muerte', otras interesantes opciones se quedaron fuera. Es el caso de la belga Sennek, que no estuvo a la altura de su potente tema o la azerí Aisel, que tiene el dudoso honor de convertirse en la primera representante de Azerbaiyán que se queda fuera de la final. Grecia, al igual que en 2016, no supo aprovechar el tirón étnico de su propuesta y los dos países balcánicos que competían en esta semifinal, Croacia y Macedonia, no recibieron los apoyos suficientes para su clasificación. La bizarrada bielorrusa, con una fábula oscura llena de metáforas, el tema pop-rock suizo de ZiBBZ y la delicada balada del islandés Ari Ólafsson también se apearon de la competición. 

Sí se han clasificado el albanés Eugent Bushpepa y el austriaco Cesár Sampson, las dos mejores voces masculinas del concurso, y la diva finlandesa Saara Aalto. Aunque el peligro para España puede llegar a través de las dos potentes baladas que también superaron la criba de esta noche. La lituana Ieva Zasimauskaitė enamoró a la audiencia con su delicada "When we're you old", que interpretó descalza y que culminó entre lágrimas con un beso romántico sobre el puente del escenario con su marido. Mucho más artística fue la puesta en escena del irlandés Ryan O'Shaughnessy, que hizo un guiño a la comunidad gay al escenificar a lo "La La Land" una relación sentimental entre dos hombres. Ambas opciones cautivaron a la audiencia y suponen una seria competencia para Amaia y Alfred, que presentaron en la semifinal su puesta en escena para el sábado. Los dos representantes españoles intepretaron a petición de la presentadora "Tu canción" bajo el espíritu del "La La La" de Massiel y se negaron a darse un beso en pleno directo asegurando que el amor "es mucho más que eso". 

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