Eurovisión 2019: Australia e Islandia presentan sus credenciales para el triunfo
El estilo ecléctico del portugués Conan Osiris no convence y se queda fuera de la final del festival
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Eurovisión 2019 invita en su lema a soñar. Y en una edición sin claro favorito, varios países han marcado en el horizonte de sus expectativas la posibilidad de llevarse este año el festival. La primera semifinal celebrada este martes en el recinto de la Expo de Tel Aviv (Israel) ha puesto bajo el foco a dos candidaturas que se suman al ramillete de aventajados para el triunfo. En una gala con una gran variedad musical y de estilos, Australia e Islandia se han hecho un hueco entre los aspirantes a llevarse una de las ediciones más abiertas. La australiana Kate Miller-Heidke rompió con todos los esquemas y ofreció un show sin precedentes en Eurovisión: subida a una pértiga que iba ondeando de un lado a otro del escenario, la intérprete se movió bajo la ingravidez que hace honor al título de su tema - "Gravity" - en una estimulante escenografía donde tanto ella como sus coristas parecían flotar en el espacio. Un ejercicio visual rompedor que arrancó la ovación más sonora de la noche y que ha aupado ya a Australia hasta la zona alta de las casas de apuestas. La cantante, que fusiona el pop y la ópera, consiguió así fácilmente el acceso a la gran final del próximo sábado junto a otros nueve países.
Uno de ellos es Islandia, que llevaba cuatro años sin pasar. El grupo tecno-punk Hatari, muy dado a la provocación y a la extravagancia, bajó al público hasta los infiernos con una fuerte dosis de pirotecnia, estética siniestra y voces satánicas. Su escenografía está trufada de elementos: una jaula metálica, cadenas, fuego, fustas, martillos, máscaras y mucho cuero. Una apuesta a contracorriente que, sin embargo, demuestra la gran versatilidad de un festival cada más diverso y abierto. Su presencia en la final también se daba por descontada.
El grupo checo Lake Malawi confirmó sus buenos pronósticos y se ganó el voto de jurado y público con una actuación llena de color y alegría. Su tema "Friend of a friend" se basa en el pop fresco con toques ochenteros divertido y jovial que gana fuerza en directo. La serbia Nevena Božović optó sin embargo por la balada clásica pero sorprendió con, tal vez, el mejor directo de la noche. La representante del país balcánico, que lucía un elegante vestido de gasa negro, encandiló con una gran fuerza escénica y una emoción desbordante, ingredientes suficientes para dejar a Serbia entre las mejores propuestas de este año. La griega Katerine Duska también convenció con su fábula mágica de jardines encantados al servicio de "Better love", una balada pop contemporánea a caballo entre Florence and the Machine y Leona Lewis. Mucho más discutida fue la clasificación de la representante chipriota Tamta, que ofreció un show muy similar al de Eleni Foureira el año pasado y que de voz se mostró contenida y limitada. El espectáculo heredado por "Fuego" bastó para sumar los votos suficientes que dan acceso a la final, aunque muy previsiblemente Chipre no repetirá la suerte del año anterior. El cálido dúo esloveno de Zala Kralj y Gašper Šantl, herederos naturales de Amaia y Alfred, lograron el aprobado con una elegante producción electrónica y la química natural de sus dos protagonistas.
Los dos regresos al festival se saldaron con desigual suerte. Joci Pápai, octavo en 2017, se quedó fuera pese a interpretar con solvencia un tema con sonidos étnicos que servía de homenaje a su padre fallecido. El turco Serhat, por el contrario, logra que San Marino acceda por segunda vez en su historia a la final con una apuesta ligera, pegadiza y muy bailable como es "Say na na na". El sueco Victor Crone, que compite por Estonia, también logró el pase pese a su irregular actuación y la bielorrusia Zena, con un estilo pop muy comercial, formará parte de su competencia este sábado.
PORTUGAL, FUERA DE LA FINAL
No fue sin embargo la noche del famoso DJ finlandés Darude que, tras arrasar en todo el mundo a principios de siglo con "Sandstorm", se estrelló estrepitosamente al apostar por el EDM junto a su compañero Sebastian Rejman. El medio tiempo épico del georgiano Oto Nemsadze, el folk con raíces autóctonas de las polacas Tulia, la dulce balada del belga Eliot y el sexteto montenegrino de D-Mol tampoco lograron el apoyo suficiente para estar entre los mejores el próximo sábado.
Pero la derrota más dolorosa es la de Portugal. Con un estilo musical difícil de definir y un extravagante estilismo, el transgresor Conan Osíris no consiguió convencer con la arriesgada esencia de su Telemóveis" ("Teléfonos móviles"). El joven portugués, que lució un llamativo atuendo verde y máscara de metal cubriéndole las mejillas y la barbilla, ofreció una actuación muy bizarra y fuera de lo común en una actuación ecléctica y tal vez demasiado personal. Una suma de elementos complejos para un público amplio y poco reflexivo, que no supo ver en él la sofisticación y fuerza de su candidatura.
Los diez países clasificados este martes pasan a la final del 18 de mayo, donde ya se encuentran España, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido - pertenecientes al privilegiado grupo del 'Big5' - e Israel como país anfitrión. Miki tuvo también una breve aparición durante el show para dar a conocer un minuto de la escenografía de "La venda". El presentador Assi Azar bromeó con él a cuenta de una fotografía del candidato español con el torso desnudo y marcando musculatura. "Es la que tenía en mi antiguo Instagram y alguien la ha puesto como foto principal de mi perfil en Wikipedia", ha dicho el artista catalán ruborizado. Este jueves, 18 países pugnarán por lograr una de las otras diez plazas que dan acceso a la final. Será entonces cuando favoritas como Países Bajos, Suecia, Azerbaiyán o Rusia entrarán en juego para ocupar el trono eurovisivo.