4ª FERIA DE LOS REMEDIOS

Alejandro Chicharro firma lo más rotundo en el triunfo de la terna en Colmenar Viejo

Chicharro corta tres orejas mientras David López y Javier Zulueta salen a hombros, pero con menos argumentos.

Alejandro Chicharro, David López y Javier Zulueta, a hombros en Colmenar Viejo

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Abrió plaza un novillo de Ribeiro Telles al que David López saludó con una larga a portagayola. El novillero local se mostró más resolutivo toreando al natural, por donde se movió mejor el utrero. Tras un pinchazo y una estocada, con voltereta incluida, paseó un generoso trofeo.

Con el cuarto estuvo de nuevo solvente ante un ejemplar que no humilló y al que le costó repetir en sus embestidas. Se tiró con mucha fe detrás de la espada para cobrar una estocada rinconera que tuvo mucha muerte. La oreja cortada le abrió la puerta grande.

Alejandro Chicharro reaparecía tras haber tenido que parar unos días a cuenta de la cogida sufrida hace dos semanas en Málaga. El de Miraflores estuvo muy por encima de un primer novillo manajeble pero al que le faltó empuje y un tranquito más en sus embestidas. Lo cazó al segundo intento y obtuvo una oreja.

Con el blando quinto salió a relucir el notable sentido del temple de Chicharro. Primero sostuvo las febles embestidas de su oponente para después torearlo con compás y expresión por ambos pitones. Faena de novillero cuajado que remató de una buena estocada. Las dos orejas cayeron con justicia.

Javier Zulueta vio como devolvían por inválido a su primero. El sobrero de José Luis Marca resultó manso y sin empuje. El sevillano, más allá de apuntar su buen concepto, no pudo armar faena con un animal muy venido abajo. Como metió la mano con la espada a la primera, obtuvo una oreja de escaso fuste.

El sexto trajo hechuras de vaca de retienta. Altón, flacote y estrecho de sienes. Llegó al tercio de muleta ya con el depósito de casta y fuerzas en la reserva. Zulueta volvió a espolvorear muletazos de buen trazo dentro de un conjunto que tuvo como tandas más conseguidas dos a derechas en la parte final del trasteo que conjugaron temple y armonía en las formas. Una coda final al natural a pies juntos dio paso a una estocada tan atravesada que hizo guardia y a otra tendida. Esto último no fue óbice para cortar la oreja que le aseguraba la salida a hombros.

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