VILLASECA (TOLEDO)

Baltasar Ibán pincha en su feudo de La Sagra

Una mansa y descastada novillada de Baltasar Ibán deslució el tercer festejo del Alfarero de Oro. Juan Carlos Carballo, única ovación.

Juan Carlos Carballo saludando la única ovación de la tarde en Villaseca de la Sagra

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Lejos quedaron otras novilladas lidiadas por Baltasar Ibán en el coso de La Sagra. La de este año ha supuesto un paso atrás importante en su trayectoria en Villaseca. Un encierro muy desigual de hechuras que se unificó en su comportamiento manso, descastado y deslucido. Ni una embestida clara y sí muy malas ideas.

Más en “ibán” no pudo estar el primero. Por nombre, ‘Bastonito’, y por hechuras. Pero desde que salió por chiqueros ya cantó su descastada condición. Sangró poco en varas pese a entrar tres veces al caballo y llegó al tercio de muleta a la defensiva y con un carácter agrio. Juan Carlos Carballo planteó batalla más allá de las rayas del tercio. Intentó limar asperezas a base de firmeza, pero falló a veces el temple y hubo muchos enganchones. Faena más voluntariosa que lúcida del cacereño. Lo cazó de una estocada atravesada al encuentro que necesitó de tres golpes de descabello.

El cuarto, muy en línea “pedraza”, tuvo un comportamiento bravucón en el caballo e hizo concebir alguna esperanza a algunos optimistas. Pero nada más lejos de la realidad. En el último tercio desarrolló listeza y mal estilo cuando Carballo le presentó el engaño. Hizo el esfuerzo en balde y con la espada pasó más de un apuro. La ovación recompensó la pelea.

Antonio Grande no tuvo suerte con su primero, un animal que derribó en el primer encuentro con el caballo, lo que provocó cierto desorden en el ruedo. Después, el colorado de Ibán no rompió hacia adelante. Lo provocó mucho el salmantino a base de colocación, pero ni con esas. El novillo echó rápido el freno de mano. Una estocada entera algo desprendida y un descabello dejaron todo en silencio.

El quinto, un toro por hechuras y cuajó, fue otro novillo deslucido y sin un pase. Grande abrevió ante la imposibilidad de armar faena.

El primero del lote de El Rafi fue un utrero vareado de carnes y pobre cabeza. Se movió sin ninguna clase ni celo. El galo planteó un trasteo largo en la que el novillo fue siempre a su aire pese a que hubo cierta ligazón. Todo quedó en silencio.

Como en el sexto, otro animal sin atisbos de casta que se paró pronto y cuando embistió lo hizo de forma bruta y deslucida. El Rafi puso voluntad sin brillo.

Villaseca de la Sagra (Toledo), sábado 7 de septiembre de 2019. Tres cuartos de plaza.

Novillos de

, de correcta presentacion y dispares hechuras. Todos se igualaron por su juego manso, descastado y deslucido en todos los tercios.

Juan Carlos Carballo, silencio y saludos.

Antonio Grande, silencio y silencio.

El Rafi, silencio y silencio.