SEVILLA

Calerito cortó una oreja y contó su historia

Juan Pedro García Calerito paseó una oreja del toro de su alternativa. Manzanares y Roca Rey fueron ovacionados.

Calerito ante el toro de su alternativa este sábado en la Real Maestranza de Sevilla

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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En mi memoria, el rio de emociones permanece. En el límite quizá del toreo de más valor y verdad jamás soñado. Pura artesanía de sueños que nos regaló Morante. Hoy fue otra historia, distinta claro, pero real. Porque hoy, aquel chiquillo de Aznalcóllar que tenía el sueño de ser torero despertó de él en su plaza de la Maestranza vestido de blanco impoluto y oro brillante para hacerse matador de toros. Y de inmediato incidió en crear la atmosfera pasional subrayada por ese toreo asentado, luminoso, de temple y ligazón. Interpretación de la lidia de un nuevo torero que lo quiere hacer de excepción

Juan Pedro García “Calerito” contó su historia y propuso su toreo con un bravo toro de Victoriano del Rio apoyándose en la verónica y en muletazos diestros de mano baja, hondos e hilvanados, con los que definió una tauromaquia muy clásica y divergente. Como muestra de ello el ambiente felizmente caldeado durante la lidia del buen toro de su alternativa. Un puñado de naturales, tan deliciosos como bien interpretados y estupendamente rematados, provocaron el respingo en la gente. Y la emoción. Faena que culminó con la gran estocada que certificó la oreja ganada.

Porque el sevillano anduvo muy asentado, seguro de sí mismo y con una tranquilidad espantosa para afrontar tan comprometida tarde. Quiso añadir una buena dosis de temple a su versión de toreo diestro con el que estableció la consabida escalada a la emoción en la lidia del sexto. Otro buen toro, noble y fijo en los engaños, al que lanceó con gusto a la verónica y muy despacio con la muleta logrando comunicar su toreo a través de unas formas capaces de resaltar la despaciosidad y la ligazón para alcanzar notable dimensión. Toreó despacio y disfrutó del trayecto hasta rubricarlo con extraordinarios pases de pecho. Igual de convincentes resultaron los aislados naturales ejecutados con verdadera profundidad. Sin embargo, pinchó y se le atascó el descabello malogrando una faena posiblemente de premio.

En definitiva, Calerito, toreó para disfrutar y convencer, y así lo hizo. Verdad sin gestos superfluos y narración sin gesticulaciones. Un toreo de sitio bien conseguido, sapiencia y talento en los destalles. Un toreo refinado y, sobre todo, esperanzador para el que inició la larga y complicada carrera de matador toros.

Lo que comenzó como una ilusionante faena iniciada con la diestra al encastado y exigente segundo toro, degeneró en un toreo áspero de izquierda desplazado hacia fuera y sin detalles de calado. Quizá porque Manzanares no goza de sus mejores momentos. El que la faena no cogiera vuelo no se debió a las características del toro, sino al hacer de quien lo toreó. Y para colmo, lo pinchó.

Discontinuo y aburrido se mostró con el cuarto, otro encastado toro, aunque este venido a menos, con el que estuvo más pendiente del viento que le molestaba que de alcanzar momentos de estimable interés. Las calidades de los trazos fueron desiguales con la derecha y casi nula al natural. Desconfiado y dubitativo se la atascaron lo aceros. No, ni mucho menos, es este el Manzanares conocido.

Roca Rey llenó la plaza, y la expectación era enorme. Lo quiso todo y no consiguió nada. El tercero fue un toro aplomado y parado con el que sólo pudo mostrar ganas y valor. Además, lo mató horrorosamente mal. Y el quinto, el peor del sexteto, metido en tablas desde el inicio de la lidia, se rajó en a mitad de faena cuando el peruano comenzaba a mostrar sus credenciales con un toreo de mano baja, profundo y hacia adentro. Esta vez hundió la espada hasta la empuñadura.

Sevilla, sábado 24 de septiembre de 2022. 2ª de Feria. Lleno de “No hay billetes”

Toros de

, de notable presentación, nobles y de comportamiento desigual. Bravo el primero; exigente por encastado el segundo; aplomado el tercero; encastado venido a menos el cuarto; rajado metido en tablas el quinto; fijo en los engaños y noble el sexto

José María Manzanares, saludos tras dos avisos y silencio tras aviso.

Roca Rey, silencio y saludos.

Juan Pedro García “Calerito”, que tomó la alternativa, oreja y palmas de despedida tras aviso.