ÁVILA
La desesperada situación de la ganadería de Los Lastrones por el incendio de Cebreros
El hierro abulense vive horas de incertidumbre y desesperación después de que el fuego haya arrasado la práctica totalidad de la finca.
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La agonía de la incertidumbre del fuego que está asolando gran parte de nuestra España en estos días centrales del mes de julio. El calor abrasador y las llamas que todo lo devoran.
El mundo del toro también lo está sufriendo en sus propias carnes. Por si fuera poco, tras la pandemia y la actual carestía en los costes de crianza de los animales de lidia, ahora son los incendios quienes están apretando aún más la soga que asfixia a los ganaderos de bravo.
Salamanca, Cáceres, Ávila… son algunas de las provincias que están sufriendo los devastadores incendios en esos pulmones verdes que ahora se tiñen de negra ceniza.
Un ejemplo de esta desesperada situación lo está viviendo la ganadería abulense de Los Lastrones, el sueño ganadero de dos hermanos, Luis y Daniel González. El fuego que se declaró la semana pasada en Cebreros ha asolado su finca ganadera de casi 1.000 hectáreas de extensión.
Luis, matador de toros y actual torero de plata, explica a COPE que el fuego "ha destruido todo, hay mil hectáreas arrasadas. Se ha salvado el prado de los toros donde hay tres corridas de toros, tres novilladas picadas y quince erales. Aquí el fuego no ha entrado gracias a Dios. Desde el sábado hay trabajando cinco avionetas y seis camiones de bomberos, pero no eran capaz de apagar el fuego. Menos mal que un bulldozer cortó el fuego, pero por donde no pasó este vehículo lo arrasó todo el fuego.
Sobrecoge el vídeo que Luis González ha hecho llegar a la redacción taurina de COPE donde se ven a los becerros con las llamas acechando a escasos metros. “El fuego pasó por encima de ellos. ¿Que cómo se han salvado? No sabemos cómo se han podido escapar de las llamas. Es un auténtico milagro".
Lo que más preocupa a esta joven familia ganadera son las vacas que conforman el hierro, ya que “no sabemos nada de ellas. Cuando pasan los aviones se asustan y se meten en el fuego. Mi hermano a las once de la noche las llamó, le siguieron y pudo llevárselas, pero no sabemos si están todas o alguna se quedó… Luego además el manejo con este tipo de animal bravo es más complicado que el manso. El sábado entró el fuego en la finca y a día de hoy aún no podemos entrar en el cercado porque el suelo aún arde y explotan las ruedas de los vehículos. El fuego ha pasado nuestra finca y avanza ya hacia Hoyo de Pinares. Es un auténtico drama para esta zona de Ávila”
También preocupa el futuro más inmediato, las consecuencias tanto a nivel ecológico como económico. “Esto tardará mucho en regenerarse. Así que ahora tenemos que ver qué comerán los animales después del fuego. Nos hemos quedado sin pasto natural y todo tendrá que ser a base de pienso con lo que supondrá para nuestro bolsillo. Esa es una ruina y la otra es la ruina genética, las pérdidas de vacas madre que haya podido haber. Es una ganadería que tenemos muy seleccionada y el valor genético que hayamos perdido es irrecuperable e impagable”.
El único consuelo que les queda a los hermanos González es “comprobar lo antes posible los daños y ponernos a trabajar en el futuro de la ganadería”.