19ª SAN ISIDRO

Dos notables toros de Santiago Domecq y una oreja para insuflar aire a Borja Jiménez

La corrida del hierro gaditano, desigual en hechuras y juego, enlotó dos notables ejemplares para Alejandro Talavante y Borja Jiménez.

Natural de Borja Jiménez al tercer toro de Santiago Domecq, al que cortó una oreja

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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No traía buenos ecos en la matinal la corrida de Santiago Domecq en las redes sociales. Que si no iba a pasar completa, que si dos de un hierro sevillano y cuatro de otro salmantino. Finalmente, cinco toros de la ganadería triunfadora de la Feria de Abril de Sevilla y un remiendo de Luis Algarra. Ni tan mal, oiga, para tanto rumor.

Corrida de dispares hechuras, remates y seriedad por delante que tuvo dos cumbres, los toros lidiados en tercero y quinto lugar. Dos toros bravos, emotivos por su nobleza entregada y encastada que no terminaron de ser aprovechados en su totalidad. Dos de los grandes toros de esta isidrada. Pero vayamos por partes.

El tercero, “Experto” de nombre, fue un toro enrazado y exigente en el tercio de muleta. Su oponente, el sevillano Borja Jiménez hizo un sincero esfuerzo para estar a su altura. Buscó el refugio de los terrenos del tendido 4 para resguardarse del viento. El prólogo muleteril desprendió sincera emoción por la chispa que sacó el toro y la firmeza que tuvo el torero toreando de rodillas. Tandas cortas, dos o tres y el de pecho ante la asfixiante codicia del toro de Santiago Domecq. Mediado el trasteo, con el toro más atemperado, llegó la tanda más lograda de Borja. Al natural, más profusa en cantidad y calidad que remató con un pase del desdén y el de pecho, más obligado que nunca. Pero a la faena le faltó un punto de continuidad y rotundidad. Tras un pinchazo llegó una estocada que provocó la muerte de toro bravo del animal. La oreja cayó por mayoría de pañuelos, pero la ovación que se llevó el toro de Santiago Domecq camino del desoyadero con otro apéndice auricular colgando también tuvo su importancia.

El otro buen toro fue el que lidió Alejandro Talavante como quinto. Éste fun toro bravo en todos los tercios que embistió con ritmo, profundidad y clase en sus embestidas. Tras derribar en varas, el astado del hierro gaditano no se cansó de embestir con una calidad que el extremeño, que venía lanzado tras una oreja a ley cortada este pasado miércoles, no terminó de cuajar de verdad. Mucho fuego artificial y poco toreo puro y auténtico esta vez. Abusó de ciertas ventajas que jaleó el gran público pero que no caló en los aficionados. “Tajonero” mereció mejor trato en las telas y mayor reconocimiento final por parte de público y palco. Talavante perdió parte del crédito adquirido en sus dos primeras tardes isidriles. Le queda un cuarto paseíllo en esta feria para dirimir de qué lado cae la balanza.d

El resto del festejo tuvo otro tono más acorde al plano devenir de esta feria de San Isidro. Talavante abrevió con un primer toro de su lote de febles apoyos y Borja Jiménez se espesó con un sexto toro áspero que no terminó de entregarse.

Uceda Leal, que abría cartel en su única aparición isidril, lidió como abreplaza un ejemplar de escaso perfil pero manejable condición al que ligó una notable tanda al natural por profunda y templada que tuvo, sorprendentemente, nulo eco en los tendidos.

Como cuarto saltó un remiendo de Luis Algarra tan manejable como soso. El diestro madrileño volvió a estar solvente con él con una apertura de faena con gran sabor y estética antes de que tanto el toro como la faena fuesen a menos.