6ª FERIA DE OTOÑO

Entre consentidos y exigidos, se fueron tres toros con las orejas puestas

Dos toros de Jandilla y uno de Victoriano del Río se fueron sin cuajar en el festejo que fue aplazado por la lluvia. Manzanares y Ureña no puntuaron con ellos.

Natural con la mano derecha de Paco Ureña a su primer toro de Jandilla este viernes en Madrid

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Que este viernes nos iba a traer una de esas tardes luminosas del otoño madrileño en las que tanto apetecer ver toros se intuía desde que los que madrugamos, llegamos a COPE mientras El Pulpo ‘pone las calles’. Ni una brizna de viento movía las banderas que coronan la Puerta Grande de Las Ventas cuando las manecillas del reloj marcaron las seis de la tarde. Otro de los carteles fuertes de la Feria de Otoño, el que estaba destinado para su descorche, no lograba colgar el ‘No hay billetes’ con un aforo bastante limitado. Circunstancia que debería hacérselo mirar a más de uno. No quiero pensar cuando se vuelvan a unos aforos completos que ya se permiten y algunos ni quieren ver.

El caso es que Madrid volvió a ser Madrid en lo taurino. La exigencia que se pide para algunos, se olvida para otros. Cosas así hacen que algunos pierdan el rigor y la razón. Lo que se pitó y recriminó a Manzanares, se permitió minutos después a Ureña. Ambos se igualaron al desaprovechar varios toros de triunfo. Ambos por no terminar de apostar de verdad y como Madrid se merece. Manzanares por no traspasar ciertas líneas y Ureña por buscar un populismo que le hace perder rotundidad.

Pero vamos al lío. El toro de Jandilla que abrió plaza portaba dos leños coronados por dos astifinos pitones. Pero después fue solo eso, pura fachada. Blandeó más de la cuenta en los primeros tercios y sólo la falta de criterio del palco lo mantuvo en el ruedo cuando llegó el de muleta. Con la plaza protestando, Diego Urdiales quiso plantearle faena pese a la invalidez de su oponente. El simulacro de trasteo se sostuvo en varios naturales de buen trazo con el toro embistiendo a duras penas. De una estocada trasera y caída acabó el riojano con el inválido.

Para completar el lote, en cuarto lugar saltó un tren de mercancías de 601 kilos con el hierro de Victoriano del Río. Demasiada carrocería para tan poco motor con el que se alargó de nuevo Urdiales en una faena que nunca tuvo visos de remontar. Estuvo habilidoso con la espada metiendo la mano para dejar una estocada atravesada que necesitó de varios golpes de descabello. No fue la tarde de Urdiales en Madrid.

Se estiró a la verónica de salida José María Manzanares con su primer ‘jandilla’, un astado que dijo poco en los primeros tercios pero que llegó pidiendo guerra en el de muleta. Le costó al alicantino franquear la barrera que separa los terrenos del toro de los más ventajosos para él. Brusco en los toques y a la hora de desplazar las embestidas, la mejor tanda llegó a derechas ya mediada la faena. Pero en la siguiente, donde podía haber roto el trasteo de verdad, no terminó de apostar ni de lanzar la moneda Manzanares. Un pinchazo y una buena estocada dejaron todo en una ovación final para el torero.

Se comporto con bravura el quinto, un sardo de Victoriano que se arrancó con alegría al peto, derribó en el primer encuentro y metió los riñones en el segundo con un gran Paco María montando a caballo. Al toro lo lidió magníficamente Daniel Duarte y parearon con brillantez Mambrú y Blázquez. Pero después, su jefe de filas no terminó de cuajar al toro del hierro madrileño. No acertó con la distancia que pedía el animal, dejó muletazos de bello trazo dentro de un conjunto con demasiados altibajos y aquello no terminó de prender en los tendidos. Llegó a ser volteado Manzanares sin consecuencias antes de pinchar en dos ocasiones y dejar una estocada para tumbar al toro. La ovación al de Victoriano fue inánime. No así la ovación que saludó entre protestas Manzanares.

Las mejores hechuras del trío de Jandilla las portaba el tercero. Más bajo de cruz, cortó de manos y más cuello. Tuvo nobleza y buen son el pupilo de Borja Domecq. En el primer tramo de faena se le perdonó lo que a otros se les recrimina al quedarse fuera de cacho entre muletazo y muletazo. Inteligente el murciano, renunció a la ligazón para firmar una serie al natural muy de frente en pases de uno en uno. Buscando eso que gusta tanto a Madrid, el cruzarse al pitón contrario. Se rindieron los tendidos a la entrega de Ureña. Después dejó una tanda al natural con la diestra menos conseguida. Por alargar y volver a la zurda, el de Jandilla le prendió certeramente. Se presintió el puntazo en el muslo izquierdo. Pero una estocada corta y dos golpes de descabello redujeron el premio final a una ovación que saludó desde el tercio.

Tras pasar por la enfermería, Ureña salió para lidiar un sexto de Victoriano del Río que llegó lesionado y descoordinado al tercio de muleta. Abrevió con buen tino.

Madrid, viernes 8 de octubre de 2021. 6ª de Feria. Casi lleno sobre el aforo permitido.

Tres toros de Jandilla (1º, 2º y 3º), más altos y serios los dos primeros y mejor hecho el tercero. Inválido el primero, exigente el segundo y encastado con nobleza el tercero. Tres de Victoriano del Río (4º, 5º y 6º), desiguales de hechuras. De poco motor y muchos kilos el cuarto, bravo y con buen son el quinto y blando el sexto.

Diego Urdiales, palmas y silencio tras aviso.

José María Manzanares, saludos y división al saludar tras aviso.

Paco Ureña, saludos tras aviso y silencio.