6ª FERIA DE SAN ISIDRO
Entre el reencuentro de Espada y el adiós de Aguilar
Espada cortó una oreja y Aguilar fue silenciado en su adiós. Dos buenos toros de Baltasar Ibán.
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Casi doce años de alternativa. Unos en el candelero, otros olvidado, siempre encuadrado con las ganaderías que pocos quieren. Alberto Aguilar hizo este domingo su último paseíllo en la Feria de San Isidro. Ojalá por sus merecimientos, podamos volver a verlo a lo largo de la temporada por Madrid y dedicarle el adiós que se merece.
Su primero de Baltasar Ibán salió desafiante, con la gaita siempre por arriba tanto en los capotes como en el caballo. Sin entrega alguna, Alberto lo intentó pasar de muleta por ambos pitones. Imposible el sometimiento ante un animal que embistió por dentro y soltó la cara cada que veía el engaño.
El segundo no llegaba a la media tonelada pero a su trapío no se le podía poner un pero. Pareció quedar lastimado de los cuartos traseros tras su paso por el peto. Se protestó desde los tendidos pero el palco decidió aguantar al toro. Éste después embistió con nobleza y humillación por ambos pitones. Sergio Flores, cuatro temporadas después de su último paseíllo en Madrid, dio la cara y mostró que su toreo ha madurado en estos años. Pese al viento reinante, supo cogerle el punto a la embestida del ‘ibán’ aunque por poner un pero, faltó atacarle un punto más por abajo. Quizá por eso la faena no terminó de explotar. Tras una estocada trasera saludó una ovación de reconocimiento.
El tercero, con esa capa colorada encendida tan característica de Baltasar Ibán, fue un buen toro. Un animal que rompió a embestir con emoción, nobleza y recorrido por ambos pitones. Francisco José Espada construyó una faena con muchos altibajos. El inicio fue desigual al no haber firmeza en la primera tanda. Cuando se decidió a asentar las zapatillas y aplicar mando, el toro respondió más y mejor. Espada firmó después una notable tanda por limpieza y resolución con un cambio de mano que dio paso a un natural que resultó casi circular. Al natural se embarulló algo la faena y por alargar el trasteo sufrió un desarme que pareció enfriar el ambiente. Una intensidad que se retomó con unas manoletinas finales y una estocada casi entera que tiró patas arriba al toro en escasos segundo. La petición al límite de la mayoría fue aceptada por el palco. La oreja fue concedida entre la división de los tendidos. Donde sí hubo quórum fue en la ovación que se llevó ‘Mexicano’ camino del desolladero.+
El cuarto fue un astado de comportamiento cambiante. Empujó con celo pero con la cara alta en el caballo pero esa pelea hizo que llegase más templado a la faena de muleta. Embistió con transmisión y nobleza por el pitón derecho en el inicio del trasteo. Por ahí llegaron los pasajes más ligados y compactos de la faena de Aguilar. Sin embargo, el toro no aceptó tomar el engaño con la misma condición cuando el madrileño le presentó la zurda. Al volver a la diestra, el toro ya había echado la persiana. Con lo que no lo vio claro el diestro fue con la espada y el descabello.
El quinto no dejó redondear las buenas sensaciones que había dejado Sergio Flores en su primero. Sin fondo de casta y sin clase en sus embestidas, el de Baltasar Ibán no dejó ningún resquicio para el lucimiento del torero azteca. Lo pasó por ambas manos con oficio y lo pasaportó tras media estocada caída y atravesada.
Tampoco el sexto permitió a Francisco José Espada poder redondear su tarde. Mansito y sin hacer caso a los toques, la labor del madrileño no pasó de voluntariosa. Además, el animal se paró demasiado pronto, por lo que el trasteo se fue diluyendo poco a poco.
Madrid, domingo 13 de mayo de 2018. 6ª de Feria. Dos tercios largos de plaza.
Toros de
, bien presentados, en tipo. De juego variado. Violento el primero; manejable y humillador el segundo; un tercero encastado y noble, ovacionado en el arrastre; de buen pitón derecho aunque a menos después el cuarto, aplaudido; deslucidos por descastados el quinto y el sexto;
Alberto Aguilar, silencio y silencio tras aviso.
Sergio Flores, saludos y silencio.
Francisco José Espada, oreja y silencio tras aviso.