1ª MINIFERIA COMUNIDAD

Joaquín Caro, Pedro Luis y Simón Andreu brillan ante un notable encierro de Santi Domecq

Joaquín Caro y Simón Andreu cortaron una oreja y Pedro Luis saludó una ovación en una ilusionante novillada sin picadores.

Simón Andreu con la oreja cortada este viernes en Valencia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El coso de la calle Xàtiva volvió a abrir sus puertas para acoger una novillada sin caballos programada dentro de la miniferia de la Festividad del 9 de octubre, Día de la Comunidad Valenciana.

Pedro Monteagudo firmó buenos lances de recibo. Buen aire por el izquierdo tenía el eral de Santi Domecq, que embistió renqueante y calamocheando en la muleta. Asentado, corrió bien la mano el aspirante. Se acopló por momentos al natural dejando pasajes de toreo macizo y limpio. Faltó continuidad.

El peruano Joaquín Caro salió arrestoso con la capa. Verónicas ganadoras, el cuerpo vencido, volcado en la suerte. Banderilleó con soltura y facilidad. Muy encajado toreó en redondo, por abajo y con despaciosidad. Series frondosas, además. Sensacional fue una serie con la diestra, roto y hundido el torero para elevar el toreo macizo y bien hecho. La ligazón perfecta. Bordados los pases de pecho, los tiempos entre serie y serie y los tiempecitos entre los muletazos. Mató de media estocada y paseó una merecida oreja. Ovacionado el eral en el arrastre. Grata impresión de Caro, que hizo el toreo que cotiza.

El sevillano Javier Zulueta, que está dejando buen ambiente por donde pasa, toreó con el capote de Pablo Aguado. Morante le dio el del rabo en Sevilla. Una joya para la Historia. Luis de Pauloba le daba consejos entre barreras. Ay Sevilla, qué hermosa. Brindó a José Pérez Hickman, gran aficionado alicantino. El de Santi Domecq embistió con nobleza. Dócil. Faltó un punto de expresión en el trasteo. Alma. Llámenlo convicción. ¿Estuvo mal? En absoluto. Ni lo contrario.

A porta gayola se fue Pedro Luis. Luego vino un farol de rodillas en el tercio. Y un fajo de verónicas hondas y barrocas. Y una media de soberbio dibujo. Replicó Simón Andreu por el palo de la variedad. Y volvió Pedro Luis a firmar un quite extraordinario para honrar la memoria de Chicuelo. Perlas con el percal vestido de coral y azabache.

Vibrante el inicio entre pases cambiados y un de pecho de macizo trazo. Hizo y dijo el toreo. Asentado, torero, sentido. Hubo derechazos desmayados soberbios. Y todo macizo y puro. Palabras mayores. Hondura y lentitud. Para seguirlo. Debutará con caballos en Acho. Mal con la espada.

El chivano Simón Andreu, ganador del certamen de escuelas taurinas de Málaga, uno de los más importantes de España, se fue a porta gayola en el quinto. Banderilleó con solvencia y frescura. Resolvió un fallido par al quiebro fenomenal. Firmó una labor de menos a más el valenciano. Hubo pasajes “poncistas”, los derechazos se sucedían con desmayo y naturalidad, la mano izquierda muerta en la cintura, quebrada la cadera para abandonarse al toreo. Y a la inspiración. Con la mano izquierda, fluyó el toreo al natural. Escaso pero bueno. También hubo un surtido de variedad; la arrucina, el pase de pecho rodilla en tierra… Crece Simón y la cantera valenciana. La ilusión florece constantemente. Empujó la espada en la suerte suprema. Merecida oreja. Pudieron haber sido dos. O debieron. Cicatero el presidente. Luego llegan los días falleros y se dan orejas de talanqueras. Los criterios se alteran en exceso en los palcos. Tampoco es Valencia la excepción.

También a porta gayola se fue Ian Bermejo. Actitud y decisión no le faltan al de l’Alcora, Castellón. Arrojo y tesón. Literalmente, se echó encima para entrar a matar. Quiso pero no siempre le cogió el aire Bermejo, que no acabó de pulir las embestidas del de Santi Domecq, que echó un encierro de ensueño. Un gran espectáculo. Hay futuro.