FESTEJO DE LA PALOMA

Juan Ortega mete su bola en el bombo de Las Ventas

El diestro sevillano corta una oreja ante una corrida de Valdefresno muy desigual.

Juan Ortega con la oreja conquistada el pasado mes de agosto de 2018 en Las Ventas

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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El primer toro de Valdefresno apuntó de salida tanta calidad en sus embestidas como flojedad en sus extremidades. Se asentó Pepe Moral en el saludo capotero a la verónica. Mecido el vuelo y templado el viaje. Lo cuidó en los primeros tercios el sevillano. En el inicio de faena el toro quiso coger el engaño por abajo. Suavidad y largura en el trazo. Un derechazo brotó como un manantial de esperanza. Pero no había fondo ni más agua ahí. 

Se protestó la presentación del segundo. Más liviano de todo para ser Madrid. Sin embargo rompió a bueno en la muleta. Lo vio pronto Juan Ortega. Mandón el prólogo por bajo. Despaciosas las formas después, acompañando con ritmo al de Valdefresno. Una tanda a derechas tuvo composición, verticalidad y ligazón. Al natural llegó el mando. Sin rectificar la posición. Todo muy medido. La estocada, casi al encuentro, morral tras acertar en la colocación. La oreja cayó como justo premio a lo visto. El sevillano, con este trofeo, pide su oportunidad para estar presente en el bombo que sorteará la próxima Feria de Otoño.

El tercero trajo otras hechuras más ‘lisardas’ y el hierro de Fraile Mazas. Un toro de notable condición. Nobleza enclasada y con un ritmo superior. Francisco Javier Espada volvía a Las Ventas tras su oreja isidril. Sin volverle la cara, la faena tuvo demasiados altibajos. Hubo temple, pero faltó alma y más rotundidad. La ovación final al toro y el silencio pra el torero resumió éste tercer acto.

El cuarto iba camino de los seis años. Seriedad en su expresión. Pero nulo el fondo. Más aún después de dañarse una de las manos delanteras. Amagó con echarse. Y lo cumplió cuando Pepe Moral se afanaba en buscarle las pocas vueltas que tenía. La puntilla como solución final. 

El quinto pareció salir dañado de chiqueros. Quedó encogido, no pudo desarrollar las buenas condiciones que se le adivinaron.  Juan Ortega porfió sin suerte pese a alargar el trasteo en busca de un complicado lucimiento.

El sexto tuvo sus veinte arrancadas más que potables. Pero Francisco José Espada firmó una faena donde predominó la cantidad sobre la calidad. Labor de largo metraje que siempre fue a menos.

Madrid, miércoles 15 de agosto de 2018. Un cuarto de plaza.

Cuatro toros de 

 y dos de 

 (3º y 4º), bien presentados pero muy desiguales de hechuras. De buen juego los lidiados en tercero y sexto lugar. De notable clase y ritmo el tercero, ovacionado en el arrastre.

Pepe Moral, silencio y silencio.

Juan Ortega, oreja y saludos tras dos avisos.

Francisco José Espada, saludos tras aviso y silencio tras aviso.

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