Luque y "Tomatillo" firman el único capítulo emotivo de una tarde apagada

Los astados extremeños, terciados y escasas carnes, fueron los culpables en gran parte del gris resultado de este mano a mano, porque, salvo esa excepción a la regla, a todos les faltó un mínimo fondo de raza y fuerzas para mantener el interés más allá de la suerte de varas, en la que, todo hay que decirlo, empujaron y acudieron con prontitud.

Afortunadamente salió ese tercero cuando ya empezaba a anochecer sobre Castellón, y el panorama fue cambiando por completo a medida que su bravura llenaba el ruedo y aportaba la emoción que no proporcionaron ninguno de sus hermanos.

Con algo más de cuajo, "Tomatillo" humilló ya de salida al capote de Daniel Luque y acudió hasta dos veces con alegría al caballo, para después propiciar un buen tercio de banderillas en el que, sobre todo, brilló la excelente brega de José Chacón, quien contribuyó mucho a que el animal llegara a la muleta en perfectas condiciones.

Sin dudas ni probaturas, Luque se lo sacó directamente a las rayas de picar y se dispuso a torearlo con total entrega, la misma que puso el animal embistiendo con el hocico a ras de arena y con esa vibración que la raza le añade a la lidia, mientras el matador la sometía con los vuelos de la muleta y con una absoluta ligazón de los pases.

Fueron tres tandas de derechazos de una tremenda intensidad, por la conjunción de toro y torero, que elevaron la tarde a su cima, pero que no tuvieron continuidad cuando el sevillano se echó la tela a la izquierda y dejó de aplicar la fórmula que tan buenos resultados le había dado hasta entonces: sin el mismo poder y con peor colocación de Luque, el toro se remontó y la faena decayó.

Aun así, una estocada volcándose volvió a subir el nivel de la obra, para que el sevillano cortara así las dos orejas del bravo ejemplar de Adolfo Martín al que hizo justicia una merecida vuelta al ruedo en el arrastre.

El resto de la corrida apenas tuvo historia, solo el aseado oficio con que Luque se deshizo de sus otros dos enemigos, desfondados y rajados, y la de los frustrados empeños de Emilio de Justo por acoplarse con un segundo que mantuvo cierta calidad -y al que mató de una soberbia estocada- y con un sobrero bastote pero manejable de Las Ramblas, con el que tampoco acabó de dar el paso.

Castellón, jueves 24 de junio de 2021. 1ª de Feria. Media plaza sobre el 40% del aforo permitido.

Cinco toros de Adolfo Martín, todos cinqueños, la mayoría terciados y con escaso cuajo, más serios de cabezas que de hechuras. Dieron poco juego por una general falta de fondo y fuerzas, a excepción del tercero, "Tomatillo" de nombre, que tuvo bravura y entrega y que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.Y un sobrero, en cuarto lugar, de Las Ramblas, con volumen y nobleza pero también de medida raza.

Daniel Luque, silencio, dos orejas y silencio.

Emilio de Justo, ovación, silencio y silencio.