SANLÚCAR BARRAMEDA

Milhijos, un "victorino" de ensueño para una gran tarde de toros

Sanlúcar de Barrameda vivió una gran tarde de toros gracias a una encastada corrida de Victorino Martín con la que triunfaron Chacón, De Justo y Moral.

Pepe Moral y Victorino Martín tras el indulto de 'Milhijos' en Sanlúcar de Barrameda

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Sanlúcar de Barrameda vivió hoy una gran tarde de toros gracias, sobre todo, a Milhijos, un "victorino" de ensueño, indultado por Pepe Moral, el cenit de un festejo en el que Octavio Chacón y Emilio de Justo también salieron a hombros junto al propio Victorino Martín.

No podía haber mejor colofón a una corrida muy singular también en cuanto a la puesta en escena, recreando la época de Magallanes al conmemorarse V centenario de la primera vuelta al mundo.

Y después de cinco faenas de notable interés, todavía quedaba lo de ese sexto toro, que nada más salir al ruedo ya dio síntomas de ser de cante grande. Todo lo hizo bien. Remató en tablas, apretó con los riñones en el caballo, galopó en banderillas y luego fue un torrente de bravas y enclasadas embestidas con las que Moral soñó el toreo durante varios minutos.

Incansable, Milhijos fue un toro de bandera. Y pronto comenzaron a pedir el indulto desde los tendidos, un premio que fue concedido por el palco para poner así la guinda a una tarde en la que hubo también cosas de notable interés.

El primer "victorino" salió con muchos pies de salida y cobró un puyazo trasero, llegando a la muleta de con clase y nobleza, embistiendo siempre por abajo pero sin permitir tampoco errores. Chacón lo entendió muy bien, llevándolo cosido en la muleta en un primer tramo de faena de notable calado.

Pero ya en el ecuador de su labor, llegó la voltereta. Tremenda. Pero sin cornada. Se rehízo el hombre pero ya cuando volvió a la carga el toro no era el mismo, ya se había afligido y buscó directamente las tablas. La gran estocada final fue crucial para la concesión de las dos orejas.

El cuarto de la tarde lucía ya de hechuras de embestir. Además venía de una buena reata de la casa. Y no falló. Un toro con fijeza y un gran pitón derecho. Chacón se lo sacó con empaque y torería a los medios y ahí comenzó una faena de toma y daca en la que al final salió vencedor el torero.

Por el izquierdo se quedaba más corto y reponía, así que Chacón volvió al lado bueno nuevamente para seguir dándole fiesta en lo que fue una faena vibrante. La espada volvió a ser su aliada y otras dos orejas más para él.

Complicado fue el segundo, que mantuvo dos intensos encuentros con los montados y apretó mucho a los adentros a los banderilleros. No se entregó tampoco en la muleta, siempre con la cara a media altura, reponiendo y exigiendo una barbaridad a De Justo en una labor en la que hubo más pelea que lucimiento. Buena estocada final y oreja al esfuerzo realizado.

El quinto estaba más en "saltillo". Le dieron leña entre los dos caballos (el que guardaba puerta le dio hasta en dos ocasiones) pero, lo que son las cosas, llegó a la muleta con buen son, lo que permitió a De Justo cuajarlo en una faena de cercanías y de medios muletazos, algunos de ellos de muy buena firma. Estocada otra vez a la primera y una oreja más para asegurar la salida a hombros.

El primero de Pepe Moral fue el típico "victorino" de cara o cruz, un toro encastado y que no regaló ni una sola embestida. El sevillano lo tomó por los dos pitones pero a la faena le faltó estructura y mayor solidez. Muchos muletazos pero sin asentarse ni decir tampoco mucho. Saludó una ovación tras fallar también con los aceros.

Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), sábado 24 de agosto de 2019. Corrida Magallánica. Tres cuartos.

Toros de 

, bien presentados. El mejor, el sexto, de nombre "Milhijos", número 9, negro entrepelado de capa, de 517 kilos y nacido en febrero de 2015, que fue indultado. Noble y con clase, el primero; complicado, el segundo; encastado y exigente, el tercero; con fijeza y un gran pitón derecho, el cuarto; y manejable, el quinto.

Octavio Chacón, dos orejas y dos orejas.

Emilio de Justo, oreja y oreja.

Pepe Moral, ovación y dos orejas y rabo simbólicos tras indulto.