MADRID

Oreja a la firmeza de Francisco de Manuel en la apertura de la temporada en Las Ventas

El novillero madrileño Francisco de Manuel cortó una oreja al único novillo encastado de una variada novillada de Fuente Ymbro.

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Un encierro de una de las ganaderías triunfadoras del año pasado en Madrid y tres de los novilleros que también destacaron la última campaña en Las Ventas. Esa era la combinación que en estos últimos años se repite en la inauguración del año taurino en el coso capitalino. Esta campaña, sin ser un fracaso la tarde, tampoco respondió a las expectativas puestas en la terna y en el hierro gaditano.

Con una larga en el tercio descorchó Rafael González su actuación. El novillo de Fuente Ymbro se arrancó con alegria y empujó con bríos en el peto. Y ahí se dejó media vida. Después, el animal evidenció su falta de fuerza durante el último tercio. González se entretuvo en un trasteo largo y aseado que dijo poco a los tendidos. Lo mató de un pinchazo y una estocada.

Las hechuras del segundo entraban por los ojos. Fino de cabos, bajo de agujas y largo el cuello. Si embargo, se vio que el motor venía bajo de revoluciones. Demasiadas miradas más allá de los capotes en lo primeros tercios. Al de muleta, el pupilo de Ricardo Gallardo llegó tan noble como soso. Ángel Téllez, con la alternativa y la confirmación ya a la vista, firmó una faena limpia en el trazo pero algo despegadilla. Y eso en Madrid se cuestiona y se hace saber. Todo muy correcto pero sin terminar de explotar. Se alargó en exceso y sonó un aviso antes del descabello final. La ovación la recogió casi desde la tronera del burladero. Por si los votos en contrar crecían en intensidad.

Manseó en el caballo el tercero, haciendo sonar el estribo y sin entregarse. Pero, tras un desafortunado tercio de banderillas, fue presentarle la muleta Francisco de Manuel y querer comérsela por abajo. Muy torero el inicio de faena por bajo. Después todo creció cuando el madrileño supo dejarle la muleta en la cara y, a base de atacarle, extraer un par de tandas de largo y profundo trazo. Una por cada pitón. Fueron el cénit de la faena. Después alargó algo el trasteo y el conjunto perdió algo de intensidad. Como fuelle el novillo. Pero una estocada hasta las cintas en el mismo hoyo de las agujas elevó el premio final a la oreja que paseó el novillero.

Con el cuarto la tarde entró en un letargo que duró toda su lidia. Mansito el utrero y labor deslabazada de Rafael González. Dos desarmes durante la faena terminaron de abortar cualquier atisbo de remontada. De nuevo fue silenciado.

La tarde siguió sumida en la intrascendencia con el quinto. Un ejemplar que parecía embestir rebrincado pero que cuando Téllez se animó a bajarle la mano, respondió con mejor son. La labor del toledano tuvo demasiados altibajos. A algún natural de buen trazo le seguía otro de menor temple y asentamiento. Aquello no prendió nunca en lo tendidos, que se dividieron en la ovación final que salió a saludar sin muchos argumentos el novillero.

El utrero más lavadito de cara y vareado de carnes del encierro de Fuente Ymbro fue el sexto. Decidió no banderillear De Manuel y la cuadrilla firmó un tercio más espectacular de ejecución que acertado en la resolución de los pares. Sobró la ovación que saludaron Iván García y Fernando Sánchez. Después, el utrero se movió mucho pero de forma muy informal. Estuvo enfibrado el joven novillero, pero aquello se fue desinflando y Francisco volvió a quedarse en el umbral de la puerta grande como ya le pasó el pasado año en Madrid. 

Madrid, domingo 24 de marzo de 2019. Casi un tercio.

Novillos de 

, muy bien presentados, parejos de hechuras. Conjunto de juego variado. El mejor, el encastado tercero. Noble pero flojo el primero; un segundo de dulce embestida; manejable el quinto y más bruscos quinto y sexto. 

Rafael González, silencio y silencio.

Ángel Téllez, saludos tras aviso y división al saludar.

Francisco de Manuel, oreja tras aviso y silencio