Ponce y Ureña, a hombros en la corrida de Adolfo en Istres

El toro de Adolfo Martín que abrió la Feria de Istres fue un animal bien presentado que salió abanto en los primeros tercios. Enrique Ponce mostró sus ganas por agradar en un quite por chicuelinas. Después, el de Adolfo fue un toro tardo y reponedor en el último tercio. Ponce lo intentó y sacó naturales de buena factura. Fue silenciado.

Donde se vio a Ponce en plenitud fue ante el cuarto. Inició la faena el valenciano con doblones y varias series en redondo de gran temple y expresión. Entendió bien el torero la media altura a la que embestía el toro y lo terminó de exprimir con sus ya clásicas poncinas. Una estocada, pese a que el toro tardó en caer, dio paso a la concesión del doble trofeo.

Curro Díaz tuvo como primer oponente un animal blando pero que embistió con clase. El de Linares lo toreó a buen nivel al natural. Pero un pinchazo y una estocada dejaron todo en una ovación desde el tercio.

El quinto fue un ejemplar que embistió sin clase y tendió siempre a meterse por dentro. Muy firme Curro con él, escuchó palmas tras pasaportarlo de una estocada entera.

Paco Ureña lidió a un tercero muy bien presentado que metió la cara con clase en el capote. El de Adolfo Martín fue un toro manejable al que el murciano toreó con prestancia por ambos pitones. Pero un pinchazo y una estocada caída frenaron a los tendidos. Saludó una ovación.

El sexto fue un animal manejable que embistió a media altura pero al que Ureña supo cuajarlo con asentamiento y temple por ambos pitones. Muy centrado y entendiendo al toro, el torero de Lorca mató de un estoconazo que desató la petición del doble trofeo que el palco concedió.

Istres (Francia), viernes 15 de junio de 2018. 1ª de Feria. Lleno.

Toros de 

, bien presentados, de juego manejable en conjunto aunque faltos de mayor emoción en sus embestidas. Destacaron cuarto y sexto.

Enrique Ponce, silencio y dos oreja.

Curro Díaz, saludos y palmas.

Paco Ureña, saludos y dos orejas.