27ª FERIA DE SAN ISIDRO

Un puñado de naturales de Pepe Moral entre la decepción de Miura

Defraudó la corrida de Miura, que además de mansa, estuvo mal presentada. Pepe Moral saludó la única ovación. 

Uno de los naturales que Pepe Moral cuajó al segundo toro de la corrida de Miura

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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La corrida de Miura sigue teniendo su tirón año a año en Madrid. La plaza de Las Ventas se llenó este domingo al reclamo de los toros de Zahariche. Pero el pinchazo de Miura, más allá del juego, fue su presentación, con varios ejemplares impropios del coso madrileño. Los últimos años del hierro sevillano se siguen contando por decepciones.

No terminó de gustar el primer 'miura'. Un colorado altón, vareado de carnes al que masacraron en varas. Se lo sacó Rafaelillo a las rayas del tercio. Pero el toro nunca terminó de pasar en el engaño del murciano. Se tiró Rafaelillo a matar con el animal muy orientado. Tanto que se le fue directo a la ingle. Tremendo el topetazo y tremenda la saña con la que el toro buscó al torero en el suelo. Después Rafaeillo se alargó con el uso del descabello.

El segundo quiso visitar el callejón en un par de ocasiones y mostró su poca fijeza en los primeros tercios. Pepe Moral se dobló con el toro para sacárselo casi a los medio y comprobó como el de Miura, a su aire, metía la cara con humillación, nobleza y largura por el pitón derecho. Dejarle venir con su inercia y perderle un par de pasos entre pase y pase eran las claves para que el animal de Miura siguiese el engaño. Una tanda al natural como última del trasteo fue a la postre la mejor. Largura, temple y profundidad. Pero un pinchazo previo a una estocada trasera y el reiterado fallo con el verduguillo enfriaron los ánimos.

El tercero salió como una bala y se estrelló contra las tablas cercanas del burladero que separa los tendidos 6 y 7. La violencia del golpe hizo pensar en lo peor, pero el toro pareció restablecerse. Se agarró perfectamente Pedro Iturralde en las dos varas que tomó el de Miura. Después, el toro estuvo a la defensiva. En redondo medio se tragó un par de tandas de Román. Pero al natural, al segundo muletazo el derrote casi alcanza el mentón del torero valenciano. Muy deslucido el astado, reponedor y orientado aunque tampoco se le vio con las idas claras al torero. Con la espada no lo vio claro Román.

Rafaelillo vio como el cuarto barbeó tablas nada más salir al ruedo. La quiso lucir en el caballo aunque el toro se lo pensó en las dos veces que acudió al caballo. Brindó el murciano viendo unas posibilidades al toro que el resto no atisbamos a ver. Embistió siempre con la cara por las nubes, no terminaba de pasar y en cuanto veía presa a su alcance se iba a por ella. Un arreón de manso desarmó a Rafaelillo. Lo macheteó por bajo y se lo quitó de enmedio con rapidez.

Se protestó al quinto, muy vareado y sin remate por ningún lado pese a sus 544 kilos. Se quitó la puya en los dos puyazos que tomó y cuando llegó al tercio de muleta no tenía ni un pase. Una prenda con la que no se dio coba Pepe Moral, que lo despenó de una estocada caída.

El sexto hizo una espectacular visita al callejón. Saltó la barrera con una sorprendente facilidad. Después de picarlo muy bien 'Chocolate', el toro esperó mucho en banderillas. El toro tuvo movilidad pero no había clase en sus embestidas. Román tragó mucho para intentar conducir con limpieza los ásperos viajes del toro. Una tanda en redondo fue la más lograda por la ligazón que impuso el valenciano. Otra en redondo iba por igual camino, pero el toro rápido repuso tras el segundo  muletazo. La emoción fue la nota predominante por la actitud del torero, que intentaba salvar a última hora una feria, la de Román, en tono decreciente. La estocada viajó algo caída y restó puntos a la nota final del trasteo.

Madrid, domingo 3 de junio de 2018. 27ª de Feria. Casi lleno (22.597 espectadores según la empresa).

Toros de 

, de desigual presencia y hechuras. Algunos, vareados en exceso, por debajo del listón de presentación de Madrid. Conjunto bajo de raza y de pocas posibilidades en el último tercio. Noble y humillador el segundo, el de mayores prestaciones.

Rafael Rubio 'Rafaelillo', silencio tras aviso y silencio.

Pepe Moral, silencio tras aviso y silencio.

Román, silencio tras aviso y silencio.

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