2ª VIRGEN DE LA VEGA

Rotundo triunfo de Miguel Ángel Perera con tres orejas en La Glorieta de Salamanca

El diestro extremeño abre la puerta gran de La Glorieta en una tarde completa. Un trofeo paseó Manuel Diosleguarde.

Miguel Ángel Perera en su salida a hombros este domingo en La Glorieta

Agencia EFE

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Miguel Ángel Perera anduvo con buen oficio para aprovechar a sacar a relucir el buen fondo que guardaba el primer toro de la tarde, al que cuidó con temple en los primeros compases por el derecho para acabar pegándole dos series finales de naturales que hicieron rugir La Glorieta, que le premió con una oreja como reconocimiento a tan técnica labor.

Lo verdaderamente importante llegó en el cuarto, un gran toro, bravo y con mucho fondo, al que Perera firmó una faena muy rotunda de principio a fin, imponiendo su dominadora ley de toreo mandó y poderoso en tandas vibrantes y emocionantes, de gran ritmo y comunicación con los tendidos, que pasaron por alto el pinchazo previo a un soberbio espadazo para premiarle con las dos orejas.

Leo Valadez sudó tinta para tratar de justificarse con el complicado segundo, un toro muy reservón, de esos que se lo guardaban todo dentro, probón. Ya se lo puso difícil a las cuadrillas y más todavía al joven mexicano, que resolvió aquello como buenamente pudo.

Y de puntillas se acabó yendo Valadez de Salamanca, pues el quinto, noble y sin raza, apenas permitió al azteca pasar de voluntarioso en una labor sin eco.

Manuel Diosleguarde, que hacía su presentación como matador en su tierra, rayó a un gran nivel frente al tercero, un toro siempre a la defensiva pero al que se impuso el joven charro a base de decisión, aplomo y mucha sinceridad, siempre buscando la colocación para tirar de las embestidas del de Vellosino con gran capacidad y suficiencia. Faena de torero en sazón, premiada con una oreja de ley.

Y no pudo redondear el triunfo Diosleguarde después de que el sexto cayera de repente fulminado sobre el ruedo después de que el salmantino le cuajara una notable faena de dominio y mando. Pero ese inoportuno episodio hizo que el ambiente se enfriara y todo quedara en una vuelta al ruedo.