ÁVILA
Sitio y profundidad, las armas para la triunfal encerrona de Sergio Rodríguez
Cinco orejas paseó el novillero abulense en su encerrona con cuatro novillos en la plaza de toros de Ávila.
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No sé si es el torero que Ávila tanto ansía desde hace años. El futuro lo dirá. Pero Sergio Rodríguez se ha ganado este sábado, al menos, que la afición abulense le espere con ilusión y para grandes citas el próximo año. Un sitio delante de la cara del novillo que pocos compañeros pueden igualar, un concepto basado en la profundidad en el trazo y una espada habilidosa han sido las armas para pasear cinco orejas en el día de Santa Teresa, unas con más peso que otras, y mostrarse en todo momento muy por encima de la condición de los oponentes elegidos para esta gesta.
Abrió plaza un novillo de liviano trapío de Monte la Ermita que desarrolló nobleza y clase por el pitón derecho. Sergio supo conducir con temple y hondura las embestidas en la primera parte de la faena. Después el novillo se comenzó a parar y ahí vimos la versión más firme del abulense. Toreando sin inercias y aguantando varios parones de infarto cuando llegaba el novillo al embroque. Pinchó antes de la estocada y paseó el primer trofeo de la tarde.
El de José Cruz se le notaban los dos meses que le quedaban para pasar a ser cuatreño. El utrero del hierro salmantino, siempre muy montado, acabó por rendirse al poder de la muleta del novillero de Las Navas. Muy atornillado al ruedo, Sergio fue extrayendo series de un gran mérito por lo que le costaba seguir el engaño al novillo. Faena a más que además remató de un soberbio estoconazo en toda la yema. Las dos orejas cayeron con justicia.
El de Toros de Brazuelas trajo unas hechuras preciosas, pero quedó lastrado por dos banderillas que entraron por el hueco del puyazo. La faena de muleta no pasó de voluntariosa con el toro casi muerto en vida. Lo liquidó de un estoconazo levemente trasero. La oreja, esta vez, tuvo sabor local.
También lo tuvo la que paseó del voluminoso sexto de Valrubio, un utrero que tras ser banderilleado echó el freno de mano. Y como no embistió el novillo, embistió el novillero. Sergio extrajo muletazos de la nada con mucho mérito. Dos pinchazos antes de la estocada definitiva dieron paso al liviano trofeo.
Ávila, sábado 15 de octubre de 2022. Media plaza.
Novillos, por este orden, de Monte la Ermita, terciado, noble por el derecho pero a menos; José Cruz, con cuajo de toro, manejable pero acabó parado; Toros de Brazuelas, de preciosas hechuras pero muy venido a menos; Valrubio, con cuajo de toro pero apagado en el último tercio.
Sergio Rodríguez, como único espada: oreja, dos orejas, oreja y oreja tras aviso.