4ª FERIA DE JULIO

Soberbio Paco Ramos, que pierde la Puerta Grande con la espada ante un buen toro de El Parralejo

El torero de Onda pierde las dos orejas y la Puerta Grande por el mal uso de los aceros. Robleño y Chover, silenciados.

Derechazo de Paco Ramos al sobrero de El Parralejo al que ha cortado una oreja

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La corrida de Miura resultó infumable y deslucida. Desbravada, blanda, deslucida, aguada la bravura inmune a su leyenda. Salvó la corrida, tiene narices, un gran toro de El Parralejo, un domecq que se lidió como sobrero con categoría pero con menos leyenda…

Las elecciones generales del 23-J coincidieron con el cierre de la Feria de Julio, la Fira de Sant Jaume que decía mi abuelo, con los toros de Miura. Para miuras peligrosos y alimañas, los sectarios y ultras antitaurinos del Botànic, que durante dos legislaturas embistieron con saña nuestra libertad, nuestra pasión. Una persecución en toda regla al mundo del toro y a su cultura desde todos los ámbitos posibles. Una deriva nauseabunda de la izquierda iletrada, fanática y estúpida con toques paranoicos de catalanismo.

En Valencia, Castellón y Alicante, los aficionados a los toros hemos tenido que lidiar, y felizmente “descabellar” en las urnas, una camada de progres antitaurinos y fanáticos que suponen la humillación y el escarnio de los valores más nobles de la izquierda: la libertad, la igualdad y el respeto. El caso es que en los tiempos del Botànic el toreo no ha vivido tiempos de libertad gracias a la persecución ideológica de la extrema izquierda encabezada por la tropa de Compromís y Podem -“que no han pogut ni podràn”-con la complicidad de un PSPV cobarde que ha callado y tragado.

Esa saña, esa persecución y ese fascismo antitaurino tiñeron de sectarismo el desprecio institucional, la asfixia económica, la marginación cultural y, por supuesto, la vergonzosa manipulación, la censura y la prohibición sistemática de los toros en À Punt, el Canal 9 de los ultras de Oltra y del Botànic.

Rompió plaza Amargado, aplaudido de salida, toro sardo y huesudo, alto como es propio de su estirpe. Tenía la fuerza justita. Un vagón de tren sin carbón. Trató Robleño de afianzarlo a media altura. Perdía las manos el torazo, que se defendía echando las manos arriba.

El cuarto no descolgó nunca. Entre su constitución y su genética es casi un milagro que un miura humille. Y la bravura es humillar y entregarse. Pasar es otra cosa. Pasar es de morucho, que es lo que fue el cuarto. Qué pena porque da gusto ver a Robleño con un toro encastado. Y no con un buey sin gracia. Inédito casi el madrileño.

Paco Ramos recibió de forma muy torera al segundo de Miura, bien hecho y más bajo teniendo en cuenta las hechuras que se crían en Zahariche. Muy despacio y con mucho tacto trató el torero de Onda al toro de Lora del Río. Gazapeaba el toro, dormidito en el embroque, defecto incómodo para los toreros. Había que tragar y esperar; y los dos verbos los conjugó Paco. Se sabe el oficio y lo interpreta según los cánones de la lidia clásica. La espada le privó posiblemente de un trofeo.

El quinto de Miura, otro tren de mercancías sin carbón, se fue a los corrales por inválido. Con buen criterio el presidente, Jesús Merenciano, asomó el pañuelo verde. En su lugar, se lidió un sobrero de El Parralejo que fue el toro de la tarde y de la feria. Vivaracho tuvo más celo y más viveza en el capote que toda la miurada junta. Galleó por chicuelinas Ramos después de dejar lances a la verónica de buen dibujo. Paco Ramos pudo haber cortado las dos orejas del quinto de no fallar con la espada. Toreó de forma soberbia con la derecha, corriendo y bajando la mano. Se expresó con torería y clasicismo y supo tratar con tacto las condiciones del toro de El Parralejo. Y al natural consiguió pasajes bordados. Redondos los naturales, macizos, sentidos y templados. La plaza se volcó en la faena más maciza y torera de la Fira. Paco Ramos pudo salir a hombros. La espada no le dejará dormir esta noche.

Al tercero le faltaban 17 kilos para los 600 kilos. Hermoso, una mole. Serio tela. Con suavidad manejó el capote Jesús Chover antes de protagonizar un tercio de banderillas en el que sobresalió un excelente par al quiebro de perfecta ejecución. Reunido y ajustado. Muleteó como pudo Chover ante las dificultades del toro, que nunca quiso pasar y esperó tela. Mucho mérito el de Chover, que torea muy poco o nada, y debe costar un mundo verse en Valencia con un Miura en los medios. Afrontar el reto ya merece una consideración.

El sexto se tapó por la cara. De comportamiento similar al de sus hermanos. La cara suelta y arriba. La defensa más que el ataque.

Valencia, domingo 23 de julio de 2023. 4ª de Feria. Más de media plaza.

Toros de

, de dispares tipos y decepcionante juego, y un sobrero de

, lidiado en quinto lugar. Blando y noble el primero, aplomado el segundo, deslucido el tercero, infumable el cuarto, notable el quinto de El Parralejo, aplaudido en el arrastre, malo el sexto.

Fernando Robleño, silencio y silencio.

Paco Ramos, ovación y vuelta al ruedo.

Jesús Chover, silencio y silencio.