ZARAGOZA

Tomás Rufo corta una oreja ante un bravo lote de Zacarías Moreno

El novillero toledano paseó la única oreja concedida este martes el cuarto festejo de la Feria del Pilar de Zaragoza.

El toreo de Tomás Rufo ha destacado este sábado en Herrera del Duque (Badajoz)

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El novillero toledano Tomás Rufo paseó la única oreja concedida en el festejo de hoy martes de la feria del Pilar, en el que resultó un triunfo menor a tenor de las mayores opciones que le ofrecieron los dos bravos utreros de su lote, de la ganadería de Zacarías Moreno.

Esos dos novillos, lidiados en primer y cuarto lugar, fueron los más claros del sexteto y también los de más clase y duración, aunque no sin las complicaciones aparejadas a la auténtica bravura, que exige mando y temple para ser sometida y atemperada.

Con todo, el que abrió plaza, de seria cuerna y unas muy finas hechuras, fue menos exigente que el otro de los destacados, ya que, desde su salida, rompió a embestir con entrega y clase, siempre con el hocico a ras de arena.

Esa óptima condición del animal la aprovechó Rufo en un espectacular inicio de faena con las dos rodillas en tierra para ligar, absolutamente relajado y confiado, una soberbia serie de derechazos que el público jaleó con entusiasmo.

Pero de ahí en adelante su trabajo no llegó a tomar vuelo, en tanto que se tomó unas ventajas de colocación tan visibles como innecesarias, antes de matarlo de una efectiva estocada que fue la que finalmente avaló el único trofeo de la tarde.

El cuarto fue más terciado y menos ofensivo de cabeza, pero no así en cuanto a comportamiento, pues pedía ir siempre gobernado en los vuelos de los engaños para que no se desbordara su incansable raza.

No siempre acertó a cogerle el aire Tomás Rufo, que puso empeño y voluntad pero, por ciertos desajustes técnicos, como la falta de temple y unos cites demasiado encimados, se vio incluso apurado en algunos momentos por el bravo "domecq" de Zacarías Moreno.

También apuntó clase el segundo de la tarde, otro utrero de fino y serio trapío, aunque este comenzó a desfondarse tras los inmóviles y apurados estatuarios con que le abrió el trasteo Fernando Plaza. Con el novillo a menos, el madrileño le sacó buenos muletazos aislados,con tesón, ajuste y temple, ante de rematar con unas valerosas manoletinas de rodillas.

El quinto, el más voluminoso del encierro, fue también el más deslucido, con una absoluta falta de clase que le llevó a calamochear y a soltar cabezazos constantes a la muleta de Plaza en un esfuerzo tan largo como poco lucido.

El lote de mayores complicaciones fue el de Alejandro Mora, ya que el tercero se defendió con brusquedad por su falta de fuerza en los cuartos traseros y el desrazado sexto ni se empleó ni remató las embestidas, que perdieron rápidamente agresividad.

Aun así, Mora, que volvía a la plaza donde el pasado año sufrió un grave percance, supo buscarles las vueltas a ambos para dejar muestras de su torería y de su buen concepto del toreo, tanto con el capote -con el que cuajó varias medias verónicas soberbias- como con la muleta, haciendo por llevarlos toreados con hondura y un irrenunciable buen gusto pese a las dificultades.

Zaragoza, martes 8 de octubre de 2019. 4ª de Feria. Un cuarto de plaza.

Novillos de 

 (el 3º como sobrero, sustituto de un titular devuelto por descoordinado), desiguales de volúmen, hechuras y cabezas, y también en cuanto a juego, pues, junto a utreros de escaso fondo o a la defensiva, destacaron por su bravura y enrazado comportamiento 1º y 4º.

Tomás Rufo, oreja y vuelta tras leve petición y aviso.

Fernando Plaza, ovación tras aviso y silencio tras aviso.

Alejandro Mora, ovación y silencio.