3ª FERIA DE ALBACETE

Triunfo menor y sin rotundidad de Manzanares

De Justo arranca una oreja y Ferrera se marcha de vacío. Muy desigual y deficiente encierro de Daniel Ruiz por trapío y comportamiento.

José María Manzanares con una de las dos orejas cortadas este viernes en Albacete

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Bajó el trapío en los toros lidiados en la plaza de toros de Albacete. Tras la seria presencia de los de Fuente Ymbro y la también buena aunque desigual de los de Victoriano del Río, el encierro de Daniel Ruiz fue muy desigual, sin remate y sin ese toro completo por bravo y encastado. Algún pitón aprovechable, e incluso bueno, como los de segundo y tercero, pero lejos de esa ansiada acometividad que satisface y pone de acuerdo a todo el mundo. Suspenso, en resumen. Sobre los espadas, Ferrera fue la cruz del festejo porque estuvo muy lejos de su mejor versión; Manzanares cortó una oreja a cada uno de su lote, con un triunfo sin contundencia mientras que De Justo se tuvo que conformar con una oreja arrancada en el sexto y una vuelta al ruedo de las que suman en el tercero.

Sobre lo visto en el ruedo, Miedoso-94 abrió plaza y pasó de puntillas por el capote de Ferrera. En el peto, donde se le tapó la salida y se dejó pegar, estuvo muy lejos de cumplir. En banderillas, quitando los buenos pares de Fernando Sánchez y Valdemoro, que se desmonteraron, hubo poco que destacar. En la muleta, entre el poco ajuste y la entrega limitada de Antonio, toreando más a la defensiva que otra cosa, sumando la falta de todo del de Daniel, el respetable se quedó como el que ve llover estando a cubierto. Mató de pinchazo saliéndose completamente y estocada atravesada junto a un golpe de descabello.

Con su segundo, cuarto de la tarde, Alfarero-33, no hubo nada en el capote, con susto en el piquero y una vara para cubrir el expediente. Se apuntó algo de movilidad en banderillas, doliéndose el toro en varios momentos. El quehacer muletero fue anodino por intrascendente, con pérdida de muleta incluida. Conjunto vacío, sin más. Finiquitó al toro tras pinchazo y estocada trasera y atravesada.

El segundo, de nombre Lechón-43 y que tuvo feas hechuras, salió suelto de salida para centrarse luego en el capote de Manzanares que lo toreó a la verónica con cierto gusto. Ya en la suerte de varas, inicialmente empujó cabeceando con la cara alta, con la intención de quitarse una vara bien marcada para, a continuación, dormirse en el peto casi al instante. En banderillas, el toro se movió, sin más. Y en la muleta, contra todo pronóstico, le dio una serie a derechas por bajo con mucho temple y transmisión. Una más inconexa por la poca movilidad del toro. Al natural, hubo más intención que resultado. Y despegado todo el tiempo, añadimos. Regresó a derechas y sacó muletazos en redondo con buen son pero quedando la sensación de no haber exprimido todo el jugo que el limón tenía en ese pitón derecho. Dejó una estocada un punto caída y trasera. La oreja cortada, mayoritariamente pedida, es un fiel reflejo del momento que vive la plaza.

Cortesano-5 colaboró a medias con Manzanares en ese quinto episodio a la verónica, dejando un pasaje deslavazado en la puya y protestando en banderillas para evidenciar que había desplazamiento sin casta ni clase con limitada fortaleza y al que el alicantino tuvo como virtud el taparlo y tirar largo de él pero sin cruce e incluso con algunos toques de franela. Mató de media estocada y se pidió y concedió una oreja que le valía una nueva puerta grande en Albacete a Manzanares, la primera en lo que llevamos de abono. Triunfo, sí, pero no grande, ni mucho menos.

El tercero de la tarde, Chiquillo-61, daba un derrote final en el saludo capotero que procuró De Justo, por lo que hubo poco que apuntar. La trasera vara, junto con la inexistente pelea, fueron un fallido episodio, confirmando el suspenso en un nuevo puyazo sin historia. El toro aprobó por los pelos en banderillas y Emilio puso el bien en un inicio por bajo. La faena siguió subiendo a derechas en una serie reunida con un pase de pecho para sumar una más toreando a placer y sobrado. A izquierdas el diestro puso todo, no así el toro que reservaba en demasía. Nuevamente a derechas, una serie corta con algo menos de enjundia para terminar con otra que mantuvo el nivel de la faena y un final a pies juntos con más intención que resultado para perder un posible trofeo pedido con tibieza y negado con buen criterio por la presidencia ya que De Justo mató con un pinchazo y una estocada baja. La vuelta al ruedo, de las que valen. No hubo la contundencia de la faena en 2019, pero sí un trasteo de aprobado alto.

Y en su segundo, Castellano-93 que cerró plaza y fue recibido a la verónica abrochando con una media de buen trazo y luego un quite por chicuelinas ceñidas para dejarlo en suerte con elegancia. Sin suerte de pelea cumplidora en varas porque empujó con la cara alta y sin emplearse. Banderillas hubo, se pusieron, mejor dicho. De Justo no paró de fajarse a derechas e izquierdas, destacando los pases de pecho por bien ejecutados, más por parte del matador que por la pobre condición del toro, moviéndose a tirones y sin la acometividad deseada durante toda la faena. Transmitió más la música y la disposición del extremeño que un conjunto que nunca alcanzó cotas emocionantes ante la sosería anodina del astado. Pinchó de primeras y dejó luego una entera desprendida para obtener una oreja de las que se arrancan, casi literalmente.

10 de septiembre de 2021. 3ª de Feria. Algo más de dos tercios de entrada sobre el aforo permitido.

Toros de

, de justa y muy desigual presencia, con algunos pobres de cabeza y otros carentes de remate. Nobles, algunos mansos y bajos de casta en general. Destacaron segundo y tercero por el pitón derecho.

, silencio y silencio.

, oreja y oreja.

Emilio de Justo, vuelta al ruedo y oreja