6ª FERIA DE MANIZALES

Bolívar, Cayetano y Roca Rey, trío de puerta grande en el cierre de Manizales

Siete orejas se repartió la terna en el último festejo de Manizales, donde también se indultó un toro de Ernesto Gutiérrez Arango.

Cayetano, Roca Rey y Luis Bolívar, a hombros este domingo en Manizales (Colombia)

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El colombiano Luis Bolívar, el español Cayetano y el peruano Andrés Roca Rey se marcharon este domingo por la puerta grande en cierre de lujo de la 69 feria taurina de Manizales.

Los diestros sacaron provecho de un noble y potable encierro de la ganadería local Ernesto Gutiérrez Arango. Uno de sus ejemplares, tercero de la tarde, alcanzó el indulto en manos de Roca Rey, obra que le dio derecho al matador inca de figurar entre los favoritos para alcanzar el máximo trofeo de la feria, una réplica de la catedral de esta ciudad.

Con esa materia prima, la tarde se desgranó casi siempre apuntando al éxito. A excepción del primero, que de salida dejó ver pocas ganas de dar pelea, además de ir siempre tras los engaños con la cara alta.

Muy paciente, y con el inmenso oficio que lleva encima, Luis Bolívar lo esperó para administrar de la mejor manera esos escasos recursos, tantos en los medios como en los adentros, donde el de Ernesto Gutiérrez Arango buscó refugio. Entera tendida y saludo.

Cayetano intentó recoger al de su inicio, segundo de la corrida, pero las verónicas no alcanzaron la meta. Pero, en principio, en la muleta obtuvo alguna respuesta en los medios por parte del animal. Hubo naturales de peso que despertaron interés de los tendidos. El toro, distraído, terminó en terrenos indecentes. Entera y oreja.

Prometedor galope tuvo el tercero, nada más aparecer en la arena. Tras vara sin reparos de Clovis Velásquez, el buen picador nacional se despidió así de los ruedos.

Mientras tanto, no tardó Andrés Roca Rey en encontrar sitio en los medios para montarse en el poder. Desde allí lo fue cuajando por ambos pitones, hasta tocar el techo de la plaza, en especial en una serie de perfección absoluta, preludio de luquesinas y del indulto decretado por el palco para este 'Emir', número 498, de 457 kilos.

El cuarto duró todo lo que quiso Luis Bolívar, quien hizo de su obra otra de peso de la tarde. Hubo nobleza del ejemplar, pero su motor, ese que le permitió encontrar la mejor horma para sus embestidas, tuvo detrás un nombre, el del torero colombiano, en este, el mejor momento de su carrera. Espadazo, dos orejas y vuelta al ruedo al toro.

El quinto sembró grandes ilusiones con el tranco y la forma clara de meter la cabeza en el capote de Cayetano, quien dejó bellas estampas toreras en ese recibo de arte. Ya con la muleta en sus manos, el diestro se entableró, apenas una escala antes de llegar al centro del ruedo donde se cocinaría otro de los tantos buenos platos de la tarde. El toro atendió los cites con enorme prontitud y su carácter de encastado no admitió dudas. Gran ejemplar. Entera y dos orejas.

Quedaba el sexto para Andrés Roca Rey, última opción en la recámara del peruano y, a la vez, el adiós de la feria. Por eso mismo, el torero que pobló de gente joven los tendidos, fue a brindar la lidia a ellos en especial y a todos los demás asistentes. Se encontró con un toro con algo más de cara que sus hermanos y mucha fijeza, más sin el fondo claro para despertar pasiones entre la gente. Lentitud y firmeza se combinaron para ir edificando una pieza cada vez más coreada a medida que las series se encadenaban al mismo ritmo que imponía el matador, muy por encima de su rival. Pinchazos y aviso.

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