SEVILLA

Con cierto aroma a “Romero”

Vuelta al ruedo para Ruiz Muñoz en desigual corrida de Bohórquez. Jiménez, Góngora, Serna, Jiménez y Calerito fueron ovacionados.

Ruiz Muñoz ante el quinto toro de Fermín Bohórquez este domingo en Sevilla

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Siempre habrá quien sueñe con reavivar su situación a fuerza de anudar el alma y buscar el camino más corto hacia el despertar del sueño. Solo así se puede apostar tan fuerte para recibir tan poco. Sacarse de la montera el toreo en el olvido y mantener el equilibrio entre el pasado, el presente y el esperanzador futuro. Con sobradas razones para estar ahí iniciaron el paseíllo cargados de ilusión y ambición seis toreros sevillanos. Y con el deseo que ese único toro de la oportunidad fuese el adecuado para poder mostrar cualidades y calidades.

Dicho está, no cabe ni la menos duda. Y visto está que el toro, necesario para para paliar situaciones complicadas, fue el quinto. El toro soñado para salir del ostracismo e iniciar nuevos caminos. El ejemplar de Fermín Bohórquez tuvo todas las condiciones necesarias para soñar el toreo. Para mostrarlo, para gozarlo, para emocionarse con este arte efímero que cala en los sentidos. Noble, de embestida pastueña e inmensa calidad, paradito y dejando estar.

Un torero con voluntad de expresar su arte se encontró con él. Ruíz Muñoz tiene aromas de Romero en su concepto. Así lo definió desde sus primeros pasos como novillero. Y la remembranza al inimitable arte currista fue patente en una lidia de detalles que sólo tuvo la emotividad del capote y la despaciosidad, empaque y elegancia con la mano diestra. Y un trincherazo con la marca impresa de su tío abuelo. No fue faena contundente, ni muchos menos, ni hilada, aunque si precisa para definir las formas de entender el toreo del sevillano. Tras la estocada le pidieron la oreja, merecida o no, con la fuerza que acostumbra el público de Sevilla cuando algo le gusta, y el palco no la concedió. Sin embargo, el domingo anterior le adjudicó dos al “figura” de turno. Dos injusticias, dos.

Y hubo más en esta tarde de oportunidades simuladas. Hubo el buen hacer de un Borja Jiménez muy necesario en los circuitos de las grandes ferias. Borja está en un momento de madurez torera enorme. Lo demuestra su estar en la plaza, su hacer ante la cara del toro, su firmeza y buen gusto. Algo imposible de mostrar hoy ante un toro a la defensiva, por parado y descastado, del ganadero gaditano. Lo intentó todo y casi no pudo hacer nada. Sólo con el capote dejó la muestra en unos acompasados lances a la verónica.

Sin embargo, no fue todo. Lama de Góngora sudó tinta hasta conseguir ligar una ajustada serie con la mano derecha al manso segundo. Un toro aquerenciado en chiqueros, difícil de picar y muy complicado para banderillear, pese a ello, se la jugó y clavó, como sólo él sabe hacerlo, Fernando Sánchez. Algún que otro detalle final con gusto y una estocada contundente consumió su “oportunidad”.

No lo tenía nada fácil Rafael Serna con el encastado tercero. Un toro con un noble pitón izquierdo que supo aprovechar a medias. Fue un toreo natural, despacioso, ajustado y con un punto de emoción que se desvaneció en inoportuno cambio a torear con la derecha. Que también logró con ella templar embestidas y pasárselas muy cerca. Desigual faena adornada con detalles de cambios de mano y molinetes hasta que el toro se le paró. Con la espada estuvo mal.

Toda una declaración de intenciones que explica muchas casas, aunque lo más importante no se deduce, sólo se intuyen. Y es que Ángel Jiménez se la volvió a jugar con un solo toro después de triunfar el pasado año en igual oportunidad. Reto mayúsculo para quien quería volver a ganar la apuesta. A retomar su sueño de ser. Muy complicado lo tuvo desde el inicio con un toro noble que iba y venía con escasa fuerza y nula acometividad. Por eso, más que darle una vuelta de tuerca a lo posible, el toro se la quitó con anodinas embestidas que no entendieron de deseos. El diestro de Écija exhibió su buen gusto y enormes ganas. Todo se quedó en nada. Lo mejor, la estocada con la que lo tumbó.

Calerito tuvo fe en el triunfo y se fue por él a portagayola. Pero la lidia se preveía complicada a un toro bravo en el caballo y venido a menos en la muleta. El torero de Aznalcollar aprovechó las primeras embestidas para hacérselo venir de largo. Pero todo después fue inútil. Aprovechó lo que había, templó su muleta, piso la línea roja y obligó las acometidas para redescubrirlas hasta que se le paró. Al final, dio cierta pena observar la desilusión saturada de imposibles. La desnudez de una obsesión por el triunfo no obtenido. Como si ya no hubiera un mañana.

Sevilla, domingo 16 de abril de 2023. 2ª de abono. Algo más de plaza.

Toros de

, desiguales de presentación y juego. Sin fuerza y a la defensiva el primero; manso el segundo; de buen pitón izquierdo el tercero; Noble y soso el cuarto; muy noble y con calidad el quinto; venido a menos el sexto.

Borja Jiménez, ovación.

Lama de Góngora, ovación.

Rafael Serna, ovación.

Ángel Jiménez, ovación.

José Ruiz Muñoz, vuelta al ruedo tras petición.

Calerito, ovación.

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