MADRID

Y Emilio de Justo cerró el círculo

El torero cacereño abre la puerta grande ante un notable 'garcigrande' en su regreso a Madrid. Oreja para Rufo e inédito Morante.

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Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Corrida de ecos. Del rabo sevillano de Morante, al toro pregonado desde el mediodía por haber sido sobrero en la Maestranza y pasando por la última Puerta del Príncipe de Rufo. Finalmente el gato al agua y el triunfo se lo llevó Emilio de Justo, también con el eco recordado de su vuelta a Madrid, la plaza donde volvió a nacer un Domingo de Ramos tras un percance que pudo ser mortal. El extremeño cerró su particular círculo ante un buen lote de Garcigrande y un palco dadivoso en los premios concedidos durante el festejo.

De Justo había lidiado en primer lugar un toro exigente y de ritmo irregular al que toreó con expresión y mando cuando el viento se lo permitió. Fue el terrenos de sol, en los bajos del tendido 5. Firme la apuesta del torero y encastada pero sin entrega la condición del toro. La emoción lo presidía todo. Y un final con un trincherazo y una trincherilla para elevar la nota del conjunto. Pero varios pinchazos se llevaron la posibilidad de puntuar.

Hubo de salir “Valentón” en quinto lugar para alcanzar la gloria. Traía el de Garcigrande las hechuras infalibles de esta casa ganadera. Y un comportamiento desconcertante en los primeros tercios para después mostrarse de manera encastada y brava en la muleta. A más siempre el toro en el último tercio. Humillación, clase y ritmo en unas embestidas que paladeó Emilio de Justo desde que cogió la muleta. Desmayada la figura, templado el trazo. Más resuelto y reunido todo a derechas, por donde hubo redondos ligados pese a que Eolo seguía haciendo de las suyas. El final por ayudados por bajo, genuflexa la figura, y una estocada desprendida de la que el toro se resistió a caer. Emotiva la estampa del toro aferrándose a la vida mientras el torero aguardaba la gloria alcanzada apoyando en un palco desbordado en reconocimientos para toro y torero.

Tomás Rufo llegaba a Madrid después de alcanzar en Sevilla su segunda Puerta del Príncipe. Y comenzó a ganar su crédito en este San Isidro con el tercero de Garcigrande de irregular comportamiento. El toledano salió a por todas desde el inicio de faena. Las dos rodillas en tierra y toreando en redondo con largura y emoción. El toro se afligió después y solo descolgó en una posterior tanda por el pitón izquierdo. Muy acinturado Rufo, que firmó varios naturales rotundos, empujando la embestida hacia adelante. Uno de ellos aún pervive en la retina por lo largo y profundo que fue. Faena con altibajos que fue recompensada al alza con una oreja muy protestada.

El sexto echó demasiado pronto la persiana y aunque Rufo lo intentó, e incluso dejó al natural bien trazado, la faena no fluyó con continuidad.

Quien pasó inédito en su primer compromiso isidril fue Morante de la Puebla. El sevillano topó con un lote infumable por frenado y manso. La nada para el torero cigarrero, que abandonó el ruedo venteño entre almohadillas antes de que Emilio de Justo abriese por cuarta vez la Puerta Grande de Madrid.

Madrid, jueves 11 de mayo de 2023. 2ª de Feria. Lleno de ‘No hay billetes’

Toros de

, de muy desigual presentación en hechuras, remates y cabezas. De juego desigual también, destacando en la muleta el quinto, premiado con la vuelta al ruedo.

Morante de la Puebla, pitos tras aviso y bronca.

Emilio de Justo, saludos tras aviso y dos orejas.

Tomás Rufo, oreja y silencio.

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