Entrega sin premio de la terna ante los mansos de Robert Margé en Las Ventas

La terna formada por el sevillano Borja Jiménez, el madrileño Francisco José Espada, que resultó corneado, y el albaceteño José Fernando Molina, que confirmó la alternativa, hizo hoy en Las Ventas (Madrid) un alarde de entrega y firmeza, poco reconocido, ante la engañosa movilidad de los mansos de la ganadería francesa de Robert Margé.

La presentación de la vacada que pasta en la Camarga, en la desembocadura del Ródano, era uno de los atractivos de este cartel, pues lidiaba su primera corrida de toros -es decir, tomaba antigüedad- en la primera plaza del mundo, lo que no sucedía desde 1991, cuando lo hizo la de Hubert Yonnet, que, también de la zona, era hasta hoy la única divisa gala en pasar por los corrales de Las Ventas.

Pero los muy desiguales y bastos ejemplares de Margé, aunque a varios de ellos se les rebautizara con nombres de grandes pintores, fueron "de brocha gorda", pues casi todos se rajaron o amagaron con hacerlo, con una mansedumbre que se ocultó tras su desclasada movilidad, más manejable al principio de su lidia, mientras les duraba la inercia y no se les obligaba demasiado, que al final, cuando comenzaban a defenderse y a sacar su auténtico fondo.

En ese sentido, los que parecieron más manejables entraron en el lote de Francisco José Espada, al que no sólo se le negó una bien ganada oreja desde el palco sino que además resultó herido al final de su faena al quinto, cuando, citando para rematar por bernadinas, el toro camargués se le vino encima y le volteó hasta en dos ocasiones consecutivas de forma muy aparatosa, elevándole, ya corneado, a un par de metros de altura.

Fue entonces cuando se acallaron las protestas de un sector de la plaza que vio en el feo y serio "Picasso", de hechuras cubistas, más de lo que había, en tanto que no dejó de embestir, solo que a empujones y sin clase alguna, algo que Espada intentó paliar con la misma decisión, aunque con menos seguridad, que aplicó con el primero de su lote.

A ese otro le había hecho una faena sólida en temple y siempre ligada, sujetando con buena técnica la constante intención del toro de salirse de las suertes en busca de las tablas, sin cederle nunca terreno e incluso adornándose con unas mondeñinas muy puras como adorno de su obra, pasándose por el fajín los pitones de "Van Gogh". Solo una estocada algo defectuosa, pero suficiente, pudo ser la excusa para que el presidente le negara una oreja pedida por mayoría.

Como tampoco le dio la del cuarto a Borja Jiménez, que había brindado la muerte de ese toro al ex jugador de la NBA Dwight Howard, presente en una contrabarrera del tendido 9. El torero de Espartinas tuvo una notable actuación en Madrid con el peor lote del encierro francés, y que abrió y cerró con dos soberbios quites: uno por chicuelinas muy toreadas al que abrió plaza y otro por soberbios delantales, y una gran media, al sexto.

Entre ambos lujos capoteros, Jiménez estuvo muy firme y dispuesto con "Cezanne", un segundo rajado y huido al galope desde que salió del caballo y que soltó constantes cabezazos sin descolgar nunca su altísimo morrillo; e hizo gala de su solvente valor para, mientras aguantó en la pelea, incluso ligarle a ese cuarto alguna buena serie con la derecha, sin apretarle demasiado.

Por su parte, José Fernando Molina devaluó con sus fallos con la espada una actuación interesante, marcada por un manojo de templados muletazos al toro de la confirmación, hasta que se le aburrió, y un trasteo de buen tono a un todavía más aburrido sexto, que, de mitad de obra en adelante, se salía desentendido de las suertes una y otra vez.

Madrid, domingo 15 de julio de 2023. Apenas 2.000 espectadores (6.220, según la empresa)

Toros de

, ganadería francesa que tomaba antigüedad, de poco armónicas hechuras dentro de su dispar volumen y cuaja. En conjunto, corrida mansa pero con movilidad engañosa y sin verdadero celo, antes de rajarse o de desentenderse de los engaños. El quinto fue el de mayor duración.

Borja Jiménez, ovación tras aviso y vuelta al ruedo tras aviso y petición de oreja.

Francisco José Espada, vuelta al ruedo tras aviso y petición de oreja y silencio tras aviso.

José Fernando Molina, que confirmaba la alternativa, silencio tras dos avisos y silencio.

Enfermería: Francisco José Espada fue atendido en la enfermería de una cornada "en la cara lateral del tercio medio del muslo derecho con dos trayectorias, una ascendente de 15 cms., que produce destrozos en músculo vasto externo, y otra de 20 cms. hacia atrás, que alcanza la cara posterior del fémur, de pronóstico grave".