VALENCIA
La espada no eclipsa una excelente versión de Román
El valenciano corta una oreja y pierde otra por la espada. Cayetano corta una oreja tras exhibir su conocido carácter.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Antes de subirse al avión rumbo a Manizales (Colombia), donde cortó dos orejas, Román sonaba en las quinielas falleras para torear el 17 con Roca Rey. Las circunstancias deshicieron la posiblidad de acentuar el protagonismo en el toreo del valenciano pero Román es uno de los muy pocos toreros que hace doblete en San Isidro. Román es torero querido en Las Ventas. Y es ahora mismo el torero de Valencia. Y torero de Pamplona. Y, siempre, de Benimaclet.
Un surtido variado fue el recibo de Román con la capa. Ahí el toro, acucharado, serio, hechurado y precioso, ya evidenció la escasez de fuerzas y que su pitón era el izquierdo. En reserva el depósito de la energía, a rebosar el de la clase. Galopón, alegre, pronto, enclasado. Medido y sutil Ginés por chicuelinas, aunque quizá inoportunas por la condición del animal. Contestó el valenciano, asentado, torero y sentido por saltilleras.
Román, muy inteligente, dio tiempos y distancias. Clave para rescatar al toro. Templado y asentado, corrió bien la mano derecha afianzando el buen fondo del burel. Hubo un pase de pecho que duró una Ofrenda a la Virgen. Con tacto y pulso -eso fue lo que sostuvo al toro- trató Román al de Montalvo, de clase superior. Los naturales, profundos, templados y redondos. Una dosis. Todo medido y sentido. A cámara lenta fue la ejecución de la estocada. Oreja de peso al poso, la madurez y la inteligencia de Román. Excelente versión. En la línea de la tarde de los adolfos en Madrid con Roca Rey de testigo.
A Román le tocaron la diana floreada antes de brindar la faena del quinto. El público empujaba hacia la puerta grande. No hay quinto malo. Y no lo fue. De rodillas Román en los medios. La gente, expectante, pidió silencio. En un pase cambiado de rodillas sobrevino la cogida. Un milagro. Román echó la moneda y el monedero entero al aire. Emotivas fueron las series con la derecha. El toro, encastado y con celo, tuvo vibración y emotividad. Hasta que se afligió. Supo vestir la faena Román, que expuso toda la tarde de principio a fin. Unas manoletinas precedieron el desatino con los aceros. Perdió la Puerta Grande. Pero ahí quedó la dimensión de torero que crece y cuenta.
“Malhechor”, el toro que rompió plaza, hizo muchas cosas mal. Sin entrega, sin humillar, sin clase. Un pavo. Quizá, por encima del toro de Valencia. O sin el quizá. La cara por la esclavina, midiendo, peligroso. Sufrió Cayetano y la cuadrilla en la lidia. Precavido el matador cuando intentó el toreo en redondo. El pase de pecho pareció un banderazo. Arreó el toro y Eolo, por si fuera poca cosa la violencia animal. No obstante, un torero con el bagaje de Cayetano debió pasar menos fatigas y plantear -estimamos- otro inicio de faena. Pero al olmo… No se le pueden pedir peras. Un desarme dividió el veredicto del respetable: unos protestaron, otros animaron. Acabaron imponiéndose los pitos.
Casi 600 kilos pesaba el tercero, 596. Hubo varios toros en la corrida de Madrid o Bilbao. Seria, cuajada y hermoso el sexteto. El cuarto fue una mole que derribó al picador en el primer encontronazo. Alto y basto el burel. Arrestoso, sentado en el estribo, comenzó Cayetano. Intenso y emotivo. Valeroso. Arreado. “Vamos Paquirri”, le gritó un banderillero de su cuadrilla. Tornó las protestas en aplausos Rivera Ordóñez. Faenó con gallardía Cayetano más que con sentido de la estética o la plasticidad, que brilló por su ausencia. Exhibió, eso sí, una versión, la del carácter, que el aficionado conoce de este torero. Mató bien y paseó una merecida oreja.
Ginés Marín prologó genuflexo por abajo. Oportuno y necesario. Con carbón -incómodo y violento- el de Montalvo. Y con su genio. Pasaba sin pasar, sin acabar de romper. Por el izquierdo fue imposible y tras una colada Marín volvió a armar la muleta. Cuando el toro se sintió podido, plegó armas.
Aquerenciado y manso el sexto. Escarbó, midió y se fue a tablas antes del tercio banderillas. Infumable. Aún así, Ginés se puso y le buscó las vueltas y las inercias en las querencias. En tablas y en chiqueros se desarrolló el trasteo.
Valencia, domingo 12 de marzo de 2023. 2ª de Feria. Tres cuartos de plaza.
Toros de
, de excelente presentación, serios, con cuajo y remate, y muy interesante y variado juego. Destacó la clase y el notable fondo del segundo. Peligroso el primero, incierto e incómodo el tercero, bueno el cuarto, encastado el quinto, manso y rajado el sexto.
Cayetano, división de opiniones y oreja con asombrosa petición de la segunda.
Román, oreja y ovación tras aviso.
Ginés Marín, silencio y silencio.