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Fernando Robleño, dos tandas que bien valieron una vuelta al ruedo
El diestro madrileño cuajó una faena de poso y reposo al cuarto que le valió para dar una justa vuelta al ruedo. Desigual corrida de José Escolar
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Para abrir el miniciclo dedicado al encaste Albaserrada se pintó el hierro de José Escolar en el centro del ruedo. Algo muy de provincias...
La corrida de la ganadería abulense no entró por los ojos. Encierro de desiguales hechuras que descabalaron además unas cabezas feas y destartaladas en algunos casos. En Madrid hay que cuidar el trapío de lo que sale por chiqueros sea la ganadería que sea y el encaste que sea.
Luego, cuando se abrió el melón y se cató, la corrida tuvo su exigencia y complicacion por un lado, y su rebuscado fondo de nobleza por otro.
El primero, amplio de cuna, fue el típico toro tobillero de esta estirpe. Sin romper hacia adelante y siempre expectante tras de la mata por si había posibilidad de hacer presa. Fernando Robleño se llevó al toro al 4 buscando el abrigo del viento. Pero aquello fue imposible hasta para meterle la espada. Pasó sus apuros el madrileño.
Una vaca parecía el segundo. Altón y sin remate por ningún lado se mirase por donde se mirase. Hasta el tercio se fue Gómez del Pilar para recibirlo a portagayola. Le quiso lucir en varas pero el de Escolar no respondió al guante lanzado por el torero. Tras un complicado tercio de banderillas, Noé también optó por irse a terrenos de sol. El inicio de faena y las primeras tandas fueron de sobar con paciencia a media altura una embestida ayuna de último tramo. Mejor todo, toro y torero, cuando el madrileño le quiso apretar más por abajo a derechas. El astado sacó su fondito de casta. Le sonó un aviso aún toreando. Un pinchazo y una estocada casi entera dieron paso a una merecida ovación.
Al tercero, sin perfiles, lo banderillearon de escándalo Raúl Ruiz y Fernando Sánchez. Los sacaron a saludar a ambos y no hubiese estado de más que la magnífica brega de Iván García hubiese tenido similar reconocimiento. Ángel Sánchez sumaba hoy su quinto paseíllo como matador de toros en nuestro país. Y enfrente tuvo un cárdeno muy exigente. Toro que demandaba mando y firmeza. Cuando no habia ese gobierno, tendía a venirse al cuerpo. Pero cuando sí le obligaban y no le dudaban, era agradecido. El de Alcobendas trenzó varios naturales primero, y redondos después, de buen trazo. Pero siempre con alguna intermitencia o interrupción en las tandas que las hacían incompletas. Aún así, Ángel tuvo al público a su favor. Una estocada caída tiró al toro, que fue ovacionado en el arrastre. También el torero fue sacado a saludar al tercio.
Frentudo y alto fue el cuarto, un animal que no dijo nada en los primeros tercios y al que buscó las vueltas Robleño con paciencia y sapiencia. Todo explotó al final, cuando se decidió a exigirle por abajo. Una tanda a derechas y otra postrera al natural en las que llevó toreado y largo al de Escolar, que respondió a la exigencia con un fondo de nobleza notable. La estocada, un punto caída, restó intensidad a la petición de oreja. Lo que fue incontestable fue la vuelta al ruedo que dio Fernando Robleño.
El quinto tapaba su breve anatomía por los dos pitones más ofensivos de toda la tarde. Derribó en el primer encuentro y se arrancó de largo en el segundo. Otra cosa fue empujar con riñones en el peto. Gómez del Pilar, que se había vuelto a ir a portagayola, firmó un trasteo firme y decidido. Pero el viento molestaba demasiado a la hora de fijar la embestida con los toques precisos. Le robó una tanda en redondo cuando el toro se deslizó con mejor son. Pero hasta ahí duró el de Escolar.
El sexto tuvo unas hechuras más santacolomeñas que de Albaserrada. Quizá el más armónico del sexteto del hierro abulense. Con la tarde ya echada y el frío instalado en los tendidos, Ángel Sánchez dejó bastantes dudas ante un animal que demandaba mando en su repetitiva embestida.
Madrid, martes 28 de mayo de 2019. 15ª de Feria. Casi tres cuartos.
Toros de
, de desiguales hechuras y seriedad en sus cabezas. De juego variado. Complicado el primero; sin finales el segundo; un tercero encastado; con fondo de nobleza el cuarto; sin romper el quinto; exigente el sexto.
Fernando Robleño, silencio tras aviso y vuelta al ruedo tras aviso.
Gómez del Pilar, saludos tras aviso y saludos tras aviso.
Ángel Sánchez, saludos y silencio tras aviso.